Drogas al rojo vivo: la caída de "Rampulla" Perez, asesino de Dante Corlli

Rubén "Rampulla" Pérez y su "papastro", César Banegas, seguirán a la sombra de una celda en una causa por drogas, ya que ayer la Justicia les dictó sendas prisiones preventivas, al caer presos el 19 de abril en redadas por el asesinato de Edmundo Dante "Chueco" Corlli.

Por el contrario, la buena noticia para "Rampulla" llegó con la libertad de su madre, Alejandra Judith Ibarra, a la vez pareja de Banegas y su víctima de crueles vejámenes, con picos hasta de perversidad, porque se supo que era encerrada y forzada a realizar sus necesidades en un balde.

El 19 de abril la policía aprehendió a "Rampulla" en el Bº Almirante Brown, quien arrastró a su suerte a Banegas, Ibarra y a una jovencita, ya liberada el 10 de mayo último.

En ese barrio y en El Zanjón, los policías secuestraron casi 1,300 kilos de drogas y una cantidad menor, elementos de corte y hasta una balanza.

Las acusaciones fiscales

Sin titubear, ese apéndice fue girado a los fiscales, José Piña y Victoria Ledesma, quienes imputaron al grupo por "tenencia de estupefacientes con fines de comercialización".

En el debate de la víspera, la Fiscalía le cayó con todo a "Rampulla" y a Banegas, representados por Emilio Nazar, y Martín Páez. Básicamente, Nazar instó a la "falta de mérito o subsidiariamente una participación secundaria para Pérez, quien a la vez se encuentra detenido, sindicado de asesinar a Corlli.

A su turno, la defensa de Ibarra, a cargo de Gilberto Perduca, bregó por una acusación más leve, por entender que la mujer fue una "esclava" de Banegas, a quien acusó (en su indagatoria) de dedicarse a la venta de drogas e ingresar en ese bajomundo a varios de sus hijos.

Perduca recordó que en el 2023 el fiscal, Diego Cortés, abrió un proceso en contra de Banegas, luego de que Ibarra relatara una vida de neta violencia en manos del individuo. Lo más tétrico, "me encerraba con candado en casa durante más de 12 horas. Y me daba un balde para que hiciese mis necesidades allí....", subrayó la mujer, para espanto de los instructores.

Decisión final de Salas

Después de una intensa batalla verbal, la jueza de Control y Garantías, Carolina Salas, dejó caer el martillo en contra de Banegas y "Rampulla". A su vez, modificó la acusación "como partícipe secundaria" para Ibarra, quien recuperó la libertad después del mediodía, aún con reglas de conducta.

Mantenerse lejos de las drogas, no acercarse a los familiares de los imputados y concurrir a un organismo judicial cada vez que fuese citada, deslizaron al cierre los voceros.

El despecho de Ibarra habría arrojado al vacío a Banegas

Banegas cayó en desgracia con Alejandra Ibarra la noche del 19 de abril. Ni bien los policías coparon las viviendas, el personaje le soltó la mano a la madre de "Rampulla" Pérez. Desentendiéndose, en un intento por despegarse, habría indicado que pasaba por el lugar en busca de drogas y que no conocía a ninguno de los esposados y apresados frente a sus narices.

Ni bien ese desaire llegó a oídos de Ibarra, la mujer masculló bronca y en la primera audiencia, frente a los instructores, "prendió" en ventilador a toda velocidad. Con lujo de detalles, la convertida en ese momento en imputada desgranó el prontuario de su ya no tan amado compañero.

En "modo despechada", Ibarra habría señalado que Banegas andaba corto de plata y que ingresó al negocio de las drogas, al cual plegó rápido a algunos de sus hijos.

En líneas, ahondó que se dedicaba a las ventas desde hace uno o dos años; que la mantenía con la boca cerrada a fuerza de golpes y que no le temblaba el pulso si tenía que encerrarla.

Para cuando Banegas intentó reaccionar y acercarse a Ibarra, es decir, neutralizar su lengua, la Fiscalía ya había recibido pruebas en abundancia, sobre las cuales Piña cocinó a fuego rápido una preventiva materializada ayer en los tribunales.

Ahora, la defensa de Banegas deberá sosegarlo y reaprovisionarlo de paciencia, ya que la preventiva de Salas es por el plazo de Ley, contexto que en la cotidianidad representan, mínimos, dos años.