Por el Lic. Gustavo Marangoni, politólogo. Especial para EL LIBERAL.
La luna de miel se está terminando y se le exige más al gobierno en materia de gestión La luna de miel se está terminando y se le exige más al gobierno en materia de gestión
Los primeros seis meses del presidente Milei confirman que la Argentina está en un cambio de régimen económico. Obviamente con este programa de ajuste de no hay plata, de plan motosierra, como se lo quiera denominar, pero que sigue teniendo un fuerte acompañamiento en la opinión pública, por lo menos la mitad de la población manifiesta su apoyo al Presidente y al gobierno.
Y obviamente también confirman una modificación en el modo de acumulación política que la Argentina venía protagonizando en la última década, porque acá hay un outsider que con dificultades en la gestión, es cierto, pero ha perfeccionado una suerte de personaje político que tiene a la dirigencia política tradicional todavía en estado de shock.
También te puede interesar:
La oposición ha ejercido de alguna manera cierto poder de veto y ha obligado a negociar determinadas cosas, pero todavía no puede esbozar en lo que refiere al peronismo ni en autocrítica del gobierno que ha terminado y en el caso del radicalismo y del Pro, un posicionamiento más nítido, más claro, con respecto a lo que quiere hacer en cuanto al gobierno.
Así que podríamos decir que este semestre es un semestre donde el experimento avanza más allá de lo que algunos esperaban que se pudiera truncar rápidamente. Bueno, eso parece que no es así.
Obviamente que a partir de ahora las exigencias son mayores porque podríamos decir que la luna de miel de la que se habla siempre, los famosos 100 días, en realidad se han extendido en más de 180, pero que en las últimas semanas ha empezado a manifestar algunas muestras de que podría estar terminando en el sentido de exigirle más al gobierno en materia de gestión. Lo que hemos visto, el cambio de jefe de gabinete, lo que ha sucedido en materia del Ministerio de Capital Humano y los mercados financieros con cierto movimiento del dólar, que de alguna manera le puso un stop a la euforia financiera de esta primera parte, como diciendo "ahora o de aquí en adelante voy a querer más para seguir acompañando".
Creo que podríamos decir que esta experiencia tan disruptiva ha sido menos traumática de lo que se esperaba y habrá que ver si el segundo semestre del año confirma eso y encuentra una velocidad de crucero en lo que hace a gestión que acompañe el alto perfil del presidente.