Por Dr. Gabriel Santángelo.
Impacto de las inundaciones: advertencias para la salud personal, comunitaria y ecosistémica Impacto de las inundaciones: advertencias para la salud personal, comunitaria y ecosistémica
Por Dr. Gabriel Santángelo | Coordinador académico de la Licenciatura en Gestión de Servicios de Salud de UADE.
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Las recientes inundaciones que han afectado a numerosas partes de Argentina y el sur de Brasil han dejado en su estela no solo daños visibles, sino también implicaciones significativas a mediano y largo plazo para la salud personal, la comunidad y el delicado equilibrio de nuestros ecosistemas. A medida que nos recuperamos de estos desastres naturales, es crucial entender las repercusiones más allá del evento mismo.
Salud Personal: las inundaciones conllevan riesgos inmediatos, desde lesiones físicas hasta enfermedades relacionadas con el agua contaminada. Sin embargo, los efectos a largo plazo son igualmente preocupantes. Por ejemplo, la exposición prolongada al agua estancada aumenta el riesgo de enfermedades transmitidas por mosquitos, como lo puede ser el dengue. Además, la presencia de lodo y escombros puede generar problemas respiratorios y dermatológicos.
La salud mental también se ve afectada, con un aumento en los casos de ansiedad y estrés postraumático, el cual es producido por el impacto profundo y duradero del desastre natural. Este último puede manifestarse como flashbacks, pesadillas, ansiedad y la necesidad de evitar de situaciones relacionadas con el evento traumático. Ignorar o minimizar estos síntomas puede llevar a un deterioro significativo en la calidad de vida de los sobrevivientes, afectando su capacidad para funcionar en la vida cotidiana, mantener relaciones saludables y participar en la recuperación comunitaria. Además, abordarlo de manera temprana y efectiva puede ayudar a prevenir problemas más graves de salud mental a largo plazo y promover la resiliencia individual y comunitaria en el proceso de recuperación.
Salud Comunitaria: las inundaciones desestabilizan las estructuras comunitarias, tanto física como emocionalmente. Las interrupciones en el suministro de agua potable y electricidad pueden persistir durante semanas o meses después del evento, exacerbando las condiciones de vida precarias. Las enfermedades contagiosas pueden propagarse fácilmente en albergues temporales abarrotados, lo que aumenta el riesgo de brotes epidemiológicos. Además, la pérdida de hogares y empleos puede tener efectos devastadores en la cohesión social y el bienestar emocional de la comunidad.
La fortaleza de un sistema de salud pública es fundamental para hacer frente a las inundaciones y sus consecuencias. Es necesario que sea robusto y desempeñe un protagónico papel en la gestión de emergencias, proporcionando atención médica de emergencia, distribuyendo suministros vitales y coordinando esfuerzos de evacuación y rescate. Además, puede implementar programas de educación pública para prevenir enfermedades transmitidas por el agua y brindar apoyo psicológico a las personas afectadas.
Sin embargo, las inundaciones también pueden ejercer una presión significativa sobre el mismo sistema de salud pública. El aumento de la demanda de servicios de atención médica puede sobrecargar los recursos existentes, desde camas de hospital hasta personal y suministros médicos. Además, las inundaciones pueden dañar la infraestructura sanitaria, como hospitales y centros de salud, lo que dificulta la prestación de servicios de atención médica de emergencia.
Toda esta corriente desemboca en la misma conclusión: es crucial que los sistemas de salud pública estén preparados para enfrentar este tipo de desafíos, con planes de contingencia sólidos, capacidad de respuesta rápida y colaboración efectiva con otras agencias y organizaciones de ayuda.
Ecosistema: los ecosistemas acuáticos y terrestres también sufren un impacto considerable debido a las inundaciones. La contaminación del agua con productos químicos, residuos agrícolas y desechos industriales puede afectar la biodiversidad y la calidad del agua a largo plazo. Los humedales y bosques ribereños, vitales para la regulación del agua y la protección contra inundaciones, pueden sufrir daños irreparables. Además, la erosión del suelo y la sedimentación pueden alterar los hábitats naturales y afectar a las poblaciones de flora y fauna locales.
Es evidente que las inundaciones tienen consecuencias más allá de su impacto inicial, pues también afectan la salud personal, la cohesión comunitaria y la integridad de los ecosistemas. Es fundamental que los esfuerzos de recuperación no solo se centren en la restauración de infraestructuras, sino también en la protección y promoción de la salud humana y ambiental a futuro.