"Cuando los límites no comienzan en la niñez, será difícil revertirlo en la adolescencia"

A menudo se ven niños a los que el mundo los califica como "malcriados". Suelen ser a aquellos que no toleran el "No" como respuesta y arman berrinches cuando dejan de ser el centro de atención del adulto. Muchos padres optan por darles los gustos, como una manera de controlar la situación y mantener la calma. Pero esto es realmente beneficioso para el niño y es más importante imponerse con los límites?

La Lic. Rosario Sanguedolce, especialista en Psicología infantil, explicó que pasa con los límites en los niños y cuando puede contribuir para su futuro: "La pregunta rondaría en torno al adulto: qué capacidad tiene hoy en día el adulto de configurarse como figura de autoridad y poner límites. El niño necesita un límite, un contorno, una contención, para aprender que es lo que tiene que hacer, qué es lo que no tiene que hacer, más en los primeros años, porque después nos encontramos con adolescentes a los cuales no se les ha puesto límites de niños y en la adolescencia es mucho más difícil lograrlo. Entonces, es importante configurarse como figura de autoridad, de confianza, y sobre todo una figura en la que el niño confíe ante un No. El No es necesario. Siempre se plantea que decir que no, es dar amor, porque de alguna forma estamos ayudando al niño a poner contenerse, a darles herramientas simbólicas para poder manejarse en la vida. Hay que saber que ellos después, en el futuro van a estar en un

ambiente, en el que encontrarán limites, quizás introspectivas, a las que no están acostumbrados y ahí surgirán los problemas de comportamiento", dijo.

"¿Qué nos pasa como adultos que muchas veces no podemos decirles No a los niños?" Se pregunta Sanguedolce para dar paso a su explicación.

"Muchas veces no soportamos que el niño llore, que se aburra, cuando son sentimientos que son esperables. Es esperable que el niño se frustre, porque es parte de la vida. El niño debe aprender a tolerar la frustración, a que no todo estará de su lado, a que el mundo no gira en torno a él. Por ello son importantes las herramientas que les damos en esta parte de la vida, y una de ellas son los limites. Deben aprender que hay normas que responder y que el adulto es una autoridad", sostuvo.

"No siempre el celular es la respuesta"

Ceder ante el pedido de los niños, muchas veces tiene que ver con impedir el aburrimiento. Sin embargo, "hay que aclarar a los padres que el aburriendo en los niños es normal. En ese momento hay que darle la posibilidad de que el niño juegue con su imaginación, apele a su creatividad. No siempre el celular es la respuesta, quizás no tendría que ser para nada la respuesta un celular. Hay que confiar en el niño, que él apele a su creatividad. Hay que darle herramientas simbólicas que ayuden al niño a tolerar la frustración", sostuvo Sanguedolce.

Y finamente indicó que el "adulto debe configurarse como una figura de confianza. Que el niño confíe en el adulto que lo está criando. Que entiendan que los límites son por su bien, aunque se enojen. Por supuesto que habrá enojo, pero es parte de la vida".

Los niños son producto del mundo adulto que los rodea

Las faltas de los límites en la niñez tendrá un fuerte impacto en la sociabilización del niño en el futuro.

En ese sentido, la Lic. Rosario Sanguedolce indicó: "Esto les dificultará luego pertenecer a un grupo, para crear un hábito, para socializar porque no se los ha educado desde el límite, con reglas, con normas".

Sobre este desenlace, la especialista responsabilizó a los tutores: "Los chicos son un producto del mundo adulto que lo rodea. Claro que después, cuando ya van creciendo, lleva la adolescencia y demás, empieza a haber otro tipo de responsabilidad sugestiva en lo que se decide y se hace. Pero el niño, en un principio será el resultado de los actos de los adultos y el mundo que los rodea".