Los trabajadores del Instituto Nacional de Agricultura Famliar, Campesina e Indígena realizaron una asamblea en la sede del organismo, ante el inminente cierre y despidos.
"Milei miente: no somos ñoquis ni los agricultores, planeros". "Milei miente: no somos ñoquis ni los agricultores, planeros".
Los santiagueños que trabajan en el Instituto Nacional de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena (Inafci) viven horas de angustia, tras el anuncio del Gobierno nacional sobre su cierre, junto con el Consejo Nacional de Agricultura Familiar. Del total de 964 empleados, sólo quedarán 64 que serán asignados a una dirección, informó el vocero Manuel Adorni.
En Santiago del Estero, son 92 los trabajadores, 74 de terreno y el resto se desempeña en la oficina central: Recursos Humanos, Administración, Mantenimiento, Renaf (Registro Nacional de Agricultura Familiar) y las áreas de comunicación y Fortalecimiento Institucional, donde las organizaciones recibían asesoramiento para tener sus balances al día o para presentar notas ante personas jurídicas.
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Ayer, los empleados realizaron una asamblea en la sede del organismo, en Roca 527, ante el estado de alerta por un cierre inminente.
La ingeniera agrónoma Imelda López, trabajadora del Inafci y delegada de ATE, señaló en diálogo con EL LIBERAL, expresó que la situación es de incertidumbre: "No hemos recibido nada, ni telegramas o comunicaciones", dijo y no descartó que se reciban llamadas telefónicas, como estrategia del Gobierno para evitar notificaciones en papel que los cesanteados puedan usar para hacer presentaciones en la Justicia.
"Nos han dicho que vayamos a trabajar hasta el 26 (de marzo), y que el 27 ya no asistamos a trabajar", dijo López, quien manifestó que con sus compañeros están esperando "para accionar con una medida cautelar".
Dijo que la preocupación no solo es de los empleados, sino que "se han convocado a la delegación, productores muy preocupados porque se ven desprotegidos al quedar sin amparo de las políticas públicas, muchos programas, inversiones, equipamiento, insumos, y asistencia técnica y apoyo de proyectos. Estamos acéfalos desde que asumió este gobierno", cuestionó la delegada.
Mentiras
Luego, cargó duro contra el presidente Javier Milei, y el argumento de que el organismo era una "agencia de empleo ya que destinaba el 85% del presupuesto en pago de sueldos", o que había despilfarro con viáticos o uso de vehículos, o en el gasto de teléfonos.
"Milei miente, ni somos ñoquis, ni los agricultores, planeros", disparó con malestar Imelda López, quien manifestó que en la delegación hay dos vehículos que no se podían usar, por lo cual los técnicos iban en colectivos, o en vehículos propios al interior para acompañar el proceso de desarrollo de proyectos productivos. Tampoco cobraban viáticos ni usaban teléfonos corporativos y que si tenían un espacio en el interior para trabajar, era gracias a la colaboración de municipios.
"Todo lo que ha denunciado no es verdad. No representamos un gasto. A este actual gobierno no le importa el sector porque no genera divisas, pero es un sector que produce y que no es sujeto de política social, sino productiva", rescató López.
Más cesanteados
También temen por el futuro de sus fuentes laborales los 53 empleados del Centro de Referencia de Santiago del Estero, que depende del Ministerio de Capital Humano (exDesarrollo Social) que dirige Sandra Pettovello, y del cual se anunció desde Nación, su cierre. Es por ello que ayer los empleados hicieron una manifestación pública en la plazoleta Lugones, al frente de la delegación, ubicada en calle Roca casi Avellaneda.