Deseos de fin de año

Se termina otro año y con ello repetimos el ritual mágico de imaginar que cambiar el último número del año conlleva la fantasía que anhelamos: que lo malo se vaya, lo bueno aparezca o se desarrolle, que la felicidad nos desborde y los problemas se evaporen. Lo sabemos, con claridad, que no alcanza para que eso pase que a las 12 de la noche hagamos un brindis. Sin embargo, en esa ilusión simple nos embarcamos todos los años. No por inconscientes o amantes de lo esotérico, sino porque no cuesta nada y con ello nos permitimos sentirnos bien y, sólo por eso, ya vale su peso en oro. Pero dados a jugar con si fuese un acto de magia, propongo que lo hagamos a fondo. En definitiva, ¿de qué vale el juego sino es para intentarlo realmente? Aun sin desconocer, ni dudar que es una ficción. Porque todos lo sabemos, las cosas se consiguen porque se trabaja un poco (mucho) por ello y no porque brindemos con muchas ganas. Pero, no está mal hacer una lista de buenos deseos y creer con real convicción que se harán realidad en el brindis. Ya la semana que viene habrá tiempo para ponernos manos a la obra y hacerlos realidad.

Como buena lista de deseos de fin de año, lo sabemos, será incompleta y será un collage. Porque sabemos que los deseos son retazos variados de recuerdos y promesas, además nos gustaría que pueda ser increíble y, finalmente, porque quizás otra persona pueda sugerir algo que nos "olvidamos" pero que deseamos. Pero, como es sin costo, "ya que no hay plata", pues vamos por todo. Así que sin pretensión de orden digamos que entre los deseos debería haber lo siguiente:

* Algo de compañía que permita el compartir con esa complicidad, que se construye desde el autoconocerse hasta el conocer, que tiene mucho de lúdico y toda la seriedad que precisemos para hacer del encuentro una artesanía que nos merezcamos. Las relaciones son esenciales, tanto que siempre merecen que seamos cuidadosos y dedicados.

*Música y baile: no son pocos los que ya dijeron que la vida es un baile –para algunos un tango, para otros una salsa-, que cada cual elija el ritmo que les interprete y a salir a la pista a disfrutar el momento con lo que tengamos, puesto que en el baile hay una alegría de sentirse bien y de aceptar que somos soberanos.

*Un poco de cultura: pintura, teatro, música, lo que fuera, pero con urgencia. Ver o hacer, pero sin pausas. Al final el arte no es otra cosa que contar una historia que toque una sensibilidad y si lo hacemos un poco más, tal vez haya menos tiempo para lo que nos destruye o nos afecta. No es idílico, sino eminentemente práctico. Ocupa tu tiempo en como traducir lo que sientes en una obra de arte y verás que queda menos tiempo para pensar en mezquindades.

*Los deseos de fin de año siempre deberían incluir un viaje, aunque no hayas posteado nada en Instagram. Es más, debería haber ese deseo, aunque pienses que no es probable. Tal vez, porque estoy seguro que imaginar un viaje siempre es una pequeña oportunidad de generar una sonrisa, ya sea porque piensas en un destino conocido o en lo que deseas conocer. No hay forma que ese deseo no estimule la sensación placentera de poder disfrutar y ya por eso vale todo el deseo. 

*Desear por lo menos leer un libro. Ese que te hará vibrar el espíritu en cualquiera de sus formas porque sentís que el libro está escrito para ti, sea porque te dice lo que esperas, porque te sentís protagonista o, simplemente porque estimula tu imaginación.

*Deseo que la amistad, esa pequeña elección que permite crear vínculos desde cuando sea y que duran una eternidad esté presente un poco más este año. En un año que parece que viene complicado es bueno tener "palenque pa?rascarse".

*Jugado por jugado siempre conviene desear un poco de amor, el de toda una vida o el que descubres enamorado con una mirada pasajera que aparece casi sin querer. En último caso, por lo menos el intento de amar, o la convicción que eso pasa o debe pasar, porque nos lo merecemos.

*Porque todo el año escribí sobre eso, los deseos de esta columna deben incluir que disfrutes tu sexualidad, porque es axial para ti, sea quien seas. Así que se manifieste como se quiera y se pueda, pero vivir la sexualidad saludablemente. Si eres adulto, que el sexo sea una ocasión más para sentirte cerca, pleno y satisfecho. Si tienes la edad que sea, que nunca haya violencia y que siempre haya educación sexual.

Cada cual que sume sus deseos, al final cuanto más deseemos todos y todas cosas bonitas, quizás, sin darnos cuenta las estemos haciendo realidad y que se yo, hoy valga la utopía, más deseos positivos sólo pueden hacer que seamos una sociedad más saludable, más positiva y, sobre todo, una donde vivir sea el lujo que nos merezcamos y no el constante sacrificio que muchas veces nos parece o la padecemos.