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Enero se perfila como un mes de 62 días

Por José Aranda

25/12/2023 12:00 Opinión
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Enero se perfila como un mes de 62 días Enero se perfila como un mes de 62 días

La reacción al mazazo devaluatorio que aplicó el ministro de Economía Luis Caputo el 14 de este mes, generó una respuesta tan inmediata y fulgurante en la suba de precios de los alimentos que la respuesta en el consumo fue también intensa y preocupante. Todo esto ocurrió en un lapso de 9 días. El impacto de la devaluación, la posterior estampida de precios y la caída en picada del consumo.  

A su vez, todo esto también sucedió en un mes atípico como lo es diciembre, cuando por estacionalidad, el consumo crece por los ingresos adicionales de las familias. Ahora, hay pronóstico reservado para lo que puede suceder en enero, un mes que no tendrá en las familias ni el bono, ni el sueldo, ni el medio aguinaldo que hubo en este último mes del año.

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De hecho, ya hay quienes sopesan que este enero va a ser tan largo como si tuviera 62 en vez de 31 días. Es una forma de ver cómo los ingresos de la gente que vienen muy golpeados por la devaluación, se podrán estirar para "parar la olla" en un mes en el que ya no habrá adicionales y, además, gran cantidad de trabajadores tendrán vacaciones.

En todos los negocios, comercios y empresas, se preparan para recibir este próximo primer mes del año. Hay quienes piensan cerrar por vacaciones al menos 15 días y esperar a que aclare. Los que venden alimentos no pueden soslayar que también tienen productos con pronto vencimiento como los lácteos o los fiambres. Pero a su vez, también hay que bancar 15 días –o los que fueran- sin ingresos en un contexto de consumo que ya se subió a un tobogán.

También saben que enero llegará con otros precios que también empezaron a despegar, más allá de los productos y servicios que comercializan. Y con la incertidumbre, además, de no saber cuántos de los puntos del DNU que se tratará en sesiones extraordinarias en enero en el Congreso se aprobarán y cuántos terminarán impactándolos y en qué forma.

Pero, por otro lado, hay varias cosas que sí son seguras: Tendrán que seguir cubriendo los costos de sus empresas como sueldos, servicios, contribuciones, impuestos, entre otros.  

Este sábado 23, en varios supermercados había discretas colas en los diferentes sectores. En la zona de fiambrerías, en las góndolas de productos navideños y en las de gaseosas. En esos rubros, la gente hacía colas para comprar. En la carnicería, había 1 ó 2 personas.

En una verdulería de la zona sur, los tres vendedores y el dueño, mostraban caras de preocupación a media mañana: "Las ventas están como en un día normal y estamos a un día de la Navidad", apuntaron. Con varios precios por debajo de los $1.000 por un kilogramo de frutas o de verduras, la gente recién al mediodía se hizo presente para comprar. Pero, tampoco había una gran espera.

A mitad de esta semana en una popular carnicería del oeste de la ciudad, a media mañana, 3 personas elegían qué corte llevar mientras miraban la pizarra de precios. Del otro lado del mostrador, 5 empleados esperaban a que se decidieran. Eran 5 para atender a 3. En ese lugar, los cortes más económicos, arrancan en $3.200 como el de la carne picada.

En este escenario, hay quienes se preguntan si Diciembre mostró esta cara del consumo, ¿Cuánto más podrá caer en enero?. Un dato adicional para un mercado como el local, en el cual la influencia de los sueldos de los jubilados es importante: Hasta ahora el Gobierno nacional no mencionó si mantendrá el adicional de $55.000 que se les venía pagando a los que cobran la jubilación mínima y que, con ese bono, alcanzaban los $155.000 de salario. 

Los efectos

Este viernes una de las petroleras sorprendió con una baja de precios en sus combustibles, tanto en naftas como en gasoil. La razón por la cual adoptó esa decisión fue por la caída del consumo. En este tipo de empresas como también en aquellas que dependen en el día a día de la demanda que haya de sus productos, el hecho que el consumo se retraiga en forma sostenida durante 4 ó 5 días, representa un impacto fuerte. Una caída de un dígito en el acumulado de varios días, es una luz de alarma. De allí que buscaron acomodarse, rápidamente, a la demanda del mercado. Es una señal de lo que está sucediendo. 

Entre las demandas diarias de la gente hay algunas que son inflexibles. La gente no puede dejar de alimentarse. Sin duda si la plata alcanza cada vez menos, va a buscar opciones. Lo mismo sucede en la demanda de combustibles. Quienes tienen un empleo no pueden dejar de movilizarse. En auto, en moto, en bicicleta, en ómnibus, tienen que utilizar alguno de estos medios para llegar al trabajo. 

Hay una sensación que en varias actividades comerciales se está en un período de transición. En Capital Federal, por ejemplo, el precio de la carne comenzó a bajar. No sucedió lo mismo aquí. A su vez, hay productos de supermercado que también hicieron lo propio. Aquí hasta ahora, el primer síntoma de que pudiera suceder algo similar, está en los surtidores de combustibles de algunas empresas como la de Shell que bajó el precio de sus productos.

 De todas formas, aún no está todo dicho. Menos aún en este caso particular de los combustibles, porque este nuevo Gobierno quiere reducir el déficit fiscal, pero seguir postergando la aplicación de los impuestos a las naftas y el gasoil que se vienen posponiendo hace varios años, iría en contra de ese objetivo. Por lo tanto, habrá que ver qué decisión se toma al respecto. 

La transición de aquel inmediato fogonazo de precios post devaluación que aún se mantiene en algunos rubros, pareciera, pareciera estar yendo a un ritmo menor. O al menos, algunos precios parecieran estar buscando estacionarse. A un nivel alto. Pero sin seguir un alza que se perfilaba como interminable. Si el consumo se plancha en enero, no sería extraño que comenzaran a retroceder.

 Las fábricas, los comercios, podrán haber hecho remarcaciones de cobertura como da la sensación que ocurrió con varios alimentos que triplicaron y hasta cuadruplicaron su precio en pocas semanas antes de las Paso, luego de la elección general, tras el balotaje y luego de la devaluación del 14 de diciembre. Pero, al final, si el consumidor no convalida esos nuevos precios, el que vende, lo termina sintiendo en la caída de actividad y de ventas. Y hoy el consumo comenzó a marcar un límite y más en este mes que es en el que hay una fluidez mucho mayor de dinero que en otros. Por eso, este próximo enero se muestra como un mes que será largo de recorrer para todos, tanto para empresas, comercios y consumidores. Tan largo, como si tuviera el doble de días.

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