La Fiscalía interpuso el recurso de apelación. El gendarme, ya libre, tiene penado ausentarse del país durante el proceso.
Fianza de $1 millón para el primer gendarme despegado en "coimas" Fianza de $1 millón para el primer gendarme despegado en "coimas"
La Justicia Federal excarceló ayer y fijó una fianza real de $ 1.000.000 a un gendarme misionero, dentro de la compleja investigación por presuntas "coimas" a los tours de compras a Bolivia y "asociación ilícita" entre efectivos y civiles
"Incumplimiento de los deberes de funcionario público" es la imputación que recayó en el gendarme, José Ignacio Schilder, cabo de 33 años, esposo de otra gendarme presa (con domiciliaria), la subalferez, Agostina Magalí Rodríguez, representados por el abogado Benjamín Chazarreta (foto).
En total, suman diez los gendarmes acusados de montar una estructura de neto sesgo recaudatorio: el medio habrían sido los viajes a Bolivia y el fin, obtener de cada colectivo $ 200.000, mínimos.
Medio para un fin
La investigación destaca que el epicentro era la ruta 34, una "cuasi" zona liberada para que un conjunto de jefes de patrulla apretaran y exigieran a los pasajeros entre $ 3.000 y $ 5.000, caso contrario no pasaban, o bien al regresar perdían la totalidad de la mercadería.
El proceso que timonean la fiscal Indiana Garzón y el juez Guillermo Molinari destaca 119 CD con escuchas telefónicas con gendarmes dejando en claro que no pasaba nadie por la 34 sin dejar su "diezmo". También, habría casos en que recurrían al civil, Emanuel Soria Mazarelli, para atemorizar a los pasajeros, o bien persuadirlos de "gatillar" religiosamente.
Eral tal la impunidad de unos y otros, que no solamente los pasajeros debían pagar sí o sí, sino que estaban penados de apagar sus celulares, es decir los sujetos no corrían riesgo alguno de ser delatados.
Caídos en desgracia el 2 de noviembre, gendarmes y civiles sudan la gota gorda. Son acusados de conformar la larga cadena de coimas. También, de montar negocios millonarios vendiendo la mercadería de contrabando, curiosamente secuestrada, pero reintegrada a los jefes de patrulla para cedérselas a los comerciantes civiles.
