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EL LIBERAL . Santiago

El ejercicio sin dieta saludable puede generar problemas cardíacos

Especialistas sostienen que la actividad física siempre es beneficiosa, aunque debe ir acompañada por una alimentación saludable. Enfatizan que "la actividad física nunca hace mal; hace mal una mala alimentación".

11/12/2023 06:00 Santiago
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Las asociaciones médicas y cardiológicas mundiales promueven el ejercicio y la actividad física regular para contribuir con el estado de salud en general, pero con especial foco en la salud cardiovascular. Y al mismo tiempo, consideran que debe ir acompañada de una alimentación saludable, ya que sin esta, podrían anularse los beneficios.

Junto con la actividad física, una alimentación saludable actúa como aliada para conservar óptimamente el bienestar. El consumo de grasas saludables también beneficia la consecución de objetivos al practicar algún deporte.

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Si una alimentación sana y hacer ejercicio mejoran la calidad de vida, quitar uno de ambos componentes resulta perjudicial debido a la importancia que tiene una dieta saludable sobre el cuerpo.

"La actividad física es algo que recomendamos en todo momento. Incluso a las personas operadas del corazón, a las 48 hora ya le pedimos que se levante y que comience a moverse. La actividad física nunca puede hacer mal, lo que hace mal es la mala alimentación, por eso deben ir de la mano", sostiene e médico cardiólogo santiagueño, doctor Luis Orellana.

En la misma línea, el doctor Facundo Lezana, cardiólogo especializado en medicina deportiva, asegura que "es de amplio conocimiento que la actividad física posee muchos beneficios en la salud en general pero, sobre todo, los tiene en el sistema cardiocerebrovascular, optimizando todos los factores de riesgo que nos pueden llevar a sufrir eventos duros como lo son el infarto agudo de miocardio o un accidente cerebrovascular".

También asegura que, si se hace ejercicio "pero se comen grasas, frituras, todo lo que tienen las comidas rápidas, se genera el colesterol y llevar as los eventos cardiovasculares, como infarto o ACV".

"En esto la gente debe tener las cosas en claro, hablamos de hábitos saludables, no de dietas, porque se piensa que es para bajar de peso, y los hábitos o la alimentación saludable es precisamente comer bien, ingerir los alimentos que nos hacen bien, y acompañarla con la actividad física. Debemos evitar las grasas, los embutidos, que son alimentos que afectan a la sangre que tapan las arterias", puntualizó.

Potenciar beneficios

"Siempre es ideal acompañar el ejercicio físico con una alimentación adecuada. No es que el ejercicio le vaya a hacer mal a una persona, le hará mal si se alimenta mal. El ejercicio nunca será contraindicado, siempre tiene que estar en todos los órdenes de la vida, cuando no se la puede realizar en forma activa, se la puede realizar en forma pasiva.

Lo ideal es acompañarlo con un buen plan alimentario y es ahí cuando los beneficios se potencian. No sirve el pensar 'como mal pero voy a caminar' es erróneo y perjudicial. Ambas cosas deben ir de la mano, y planificar también la actividad física, regularla si uno no está acostumbrado o preparado nutricionalmente. Todo debe ser progresivo para que tenga efecto y se potencien los beneficios".

La combinación ideal

Las principales causas de mortalidad asociadas con una mala alimentación, a pesar de la actividad física, incluyen enfermedades cardiovasculares y cáncer relacionado con el exceso de grasa en el cuerpo (PDAR). 

La tendencia es clara: la combinación de una dieta deficiente y actividad física insuficiente puede tener consecuencias graves.

La solución a estos problemas, según el estudio dirigido por la Universidad de Sydney y publicado en la revista British Journal of Sports Medicine, es combinar el ejercicio de intensidad moderada a vigorosa con una dieta de alta calidad para reducir el riesgo de mortalidad por las enfermedades mencionadas. La actividad física vigorosa, en particular, se vinculó con una disminución en el riesgo de muerte tanto por enfermedades cardiovasculares como por otras causas, independientemente de la duración de la rutina.

Investigación revela que una mala ingesta de alimentos podría afectar el rendimiento del entrenamiento deportivo

Una investigación publicada en la Revista de Nutrición y Ciencias de los Alimentos concluyó que los carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua son los componentes cuya proporción debe cuidarse en el consumo diario. La mayoría de los encuestados afirmó que se necesita proporcionar una dieta fácilmente digerible para suministrar una forma de energía rápida y eficiente.

Además, el estudio indica que la dieta adecuada también se considera esencial después de la actividad deportiva para ayudar a los deportistas a recuperar la energía perdida. Los hallazgos sugieren que la preservación del rendimiento atlético depende en gran medida de la alimentación posterior al entrenamiento, que proporciona tanto relajación como los nutrientes necesarios para la recuperación.

Quienes hacen ejercicio con regularidad pueden mantener un control adecuado de su peso. Sin embargo, aún queda pendiente el desafío de la grasa visceral, que suele acumularse en la parte profunda del abdomen y en el espacio que rodea los órganos debido a los alimentos ultraprocesados que se consume con frecuencia en la dieta diaria.

Aunque una persona parezca delgada, existe un riesgo de padecer complicaciones de salud ocasionadas por la grasa visceral, según concluye el estudio.

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