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La detección temprana es clave para el tratamiento adecuado de la enfermedad de Parkinson

12/04/2023 00:55 Santiago
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La detección temprana es clave para el tratamiento adecuado de la enfermedad de Parkinson La detección temprana es clave para el tratamiento adecuado de la enfermedad de Parkinson

Realizar una detección precoz, permite a los especialistas establecer un tratamiento adecuado para poder mejorar la calidad de vida de los pacientes que padecen Parkinson, de acuerdo a la experiencia de médicos neurólogos especialistas en la atención de esta patología que afecta al 1% de la población mayor de 60 años.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “la enfermedad de Parkinson es una afección degenerativa del cerebro asociada a síntomas motores y a otras complicaciones, como el deterioro cognitivo y las alteraciones sensoriales”.

Se trata de la patología más común de los trastornos de movimiento y la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después del Alzheimer.

Con motivo de haberse recordado ayer el Día Mundial del Parkinson, el médico neurólogo santiagueño, Dr. Miguel Jacobo, sostuvo sobre esta enfermedad que, “si bien las causas exactas no se conocen, se sabe que existe una concurrencia de factores, fundamentalmente genéticos y ambientales, posiblemente tóxicos, que generan pérdida de determinados grupos neuronales con la consecuente alteración en la producción de ciertos  neurotransmisores, fundamentalmente dopamina”.

“Su falta sería la responsable de los síntomas motores de la enfermedad, que son temblor de determinadas características, lentitud  o pobreza de movimientos, rigidez y alteraciones del equilibrio. Es importante destacar que puede existir Parkinson sin temblor, y viceversa, no todos los temblores significan enfermedad de Parkinson”, explicó el profesional.

También puntualizó que “son importantes y de gran impacto en la calidad de vida del paciente los síntomas no motores, como insomnio, ansiedad, constipación, pérdida de olfato (uno de los primeros en presentarse), trastornos cognitivos y mentales, como depresión, voz baja, sudoración, entre otros”.

Diagnóstico

Jacobo indicó que el diagnóstico es esencialmente clínico, es decir, se determina observando, revisando y controlando la evolución del paciente y su respuesta al tratamiento.

“No pocas veces ofrece dificultades, sobre todo en etapas iniciales. Algunas veces, ciertas expresiones de temblores esenciales y algunos parkinsonismos pueden inducir a confusión y retrasar el diagnóstico”, aclaró.

Respecto del tratamiento, indicó que en la actualidad ofrece más de una arista. “La farmacología, la estimulación cerebral profunda, la lesión de determinadas estructuras cerebrales (campo de la neurocirugía), las terapias físicas, talleres de neurorehabilitacion, musicoterapia, psicología, nutrición. Si bien un abordaje multidisciplinario es óptimo, no todos los pacientes requieren de la totalidad de las opciones”.

En este punto, recalcó la importancia de la detección precoz de la enfermedad, ya que de esa manera, se podrá encarar un abordaje que permita mejorar la calidad de vida del paciente, ya que “siendo la enfermedad neurodegenerativa más frecuente después del Alzheimer, al igual que esta, no se cura, variando su progresión en años, de un paciente a otro. Existe solo un 5 por ciento de casos de Parkinson "familiares” o hereditarios”.

Los síntomas aparecen mucho antes que los indicios motores

El Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en el mundo, después del Alzheimer, y en la mayoría de los pacientes los síntomas aparecen mucho antes que los indicios motores, conocidos principalmente por temblores, advirtieron especialistas.

La falta de olfato, estreñimiento, alteraciones durante la etapa de sueño REM o sueño profundo y en el ánimo o depresión, como la aparición de dolor o trastornos cognitivos pueden indicar que el proceso de esta patología neurodegenerativa comienza en áreas profundas del cerebro y en el tronco cerebral, señaló Ricardo Maiola, médico del Programa de Parkinson y Movimientos Anormales del Hospital de Clínicas.

El especialista señaló que los síntomas motores que hacen al diagnóstico de esta enfermedad son temblor (de reposo), que son oscilaciones rítmicas de las manos que son asimétricas, la lentitud del movimiento (bradicinesia), al igual que las articulaciones, la rigidez (resistencia a la movilización pasiva de las articulaciones) y la inestabilidad postural.

Respecto de cuántas personas se encuentran afectadas por Parkinson, Maiola señaló que “no tenemos estadísticas oficiales, pero es la segunda enfermedad neurodegenerativa después del Alzheimer” y que “después de los 60 años aumenta la prevalencia, lo cual no quiere decir que los jóvenes no padezcan la enfermedad. Especialmente sucede en quienes tienen mutaciones genéticas”.

El Parkinson es una enfermedad de diagnóstico clínico, es decir, no hay ningún biomarcador o radiología que pueda certificar o descartar la enfermedad, sin embargo, hay estudios que permiten acercar o alejar la probabilidad del diagnóstico.

Jorge Mandolesi, jefe del departamento de neurocirugía de la Fundación Favaloro, indicó que la enfermedad se desarrolla por la falta de producción de dopamina, y que "cuando se agotó entre el 90% y 95% de las células que forman dopamina es cuando empiezan a manifestarse los síntomas".

Tratamientos

Para su tratamiento, los especialistas indicaron que se utilizan tratamientos farmacológicos y, en menor medida, tratamientos quirúrgicos, en donde aparece la estimulación cerebral profunda en dos áreas del cerebro, o también la colocación de un implante de electrodos en el cerebro.

“Los pacientes comienzan con la medicación en dosis bajas que va aumentando lentamente en la medida en la que los síntomas requieran más medicación”, explicó Mandolesi.

Y aclaró que en el caso de una intervención quirúrgica, los electrodos que se introducen en el cerebro son muy delgados y se utilizan para restablecer el funcionamiento de los núcleos que están afectados por la falta de dopamina, dando un estímulo permanente “como si fuera un marcapasos”.

Según el especialista, la evolución de la enfermedad es muy variable, no todos los pacientes tienen la misma velocidad en la progresión de los síntomas y que hoy en día existe una variedad de tratamientos para abordarla

“No hay que tener miedo a la enfermedad. No podemos hablar de cura porque se tratan los síntomas, pero esos síntomas son tratables”, concluyó.

La enfermedad afecta de manera diferente a hombres y mujeres

La enfermedad de Parkinson es una afección en la que una parte del cerebro se deteriora. Puede provocar síntomas graves con el paso del tiempo. Un estudio que se llevó a cabo en España aportó pruebas que indican que ese trastorno neurodegenerativo puede presentarse con diferencias en hombres y mujeres.

El estudio del proyecto Coppadis, fue impulsado por el Grupo de Estudio de Trastornos del Movimiento (GETM) de la Sociedad Española de Neurología, y los resultados fueron publicados en la revista Journal of Clinical Medicine.

Los investigadores encontraron evidencia de que la enfermedad de Parkinson no afecta de igual forma a hombres y mujeres. Este es el primer estudio realizado en España que analiza las diferencias por sexo con respecto a la enfermedad en una gran cohorte de pacientes.

Incluyeron a 410 hombres y 271 mujeres en el trabajo. Es uno de los mayores estudios realizados hasta la fecha en todo el mundo.

Según se desprende de ese estudio, los síntomas como depresión, fatiga y dolor son más frecuentes y/o severos en mujeres. Mientras que los síntomas como hipomimia (que implica la reducción de la expresión facial), problemas del habla, rigidez e hipersexualidad son más comunes en los hombres.

Además, y sobre todo a corto plazo, los hombres con enfermedad de Parkinson muestran una mayor tendencia a desarrollar una mayor discapacidad relacionada con los síntomas no motores de la enfermedad.

Mientras que las mujeres ven más afectada su capacidad funcional para realizar las actividades de la vida diaria. La percepción de pérdida de calidad de vida también es generalmente mayor en las mujeres.

Otra diferencia que muestra el estudio es que aparentemente las mujeres reciben, en general, dosis más bajas de medicación específica para la enfermedad de Parkinson, aunque ajustando la dosis por el peso, no se observan diferencias entre ambos géneros. Por el contrario, las mujeres consumen antidepresivos, benzodiazepinas y analgésicos con mayor frecuencia.


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