La comunidad de Asaim sobrelleva al aislamiento con amor y paciencia, en medio de un resurgir La comunidad de Asaim sobrelleva al aislamiento con amor y paciencia, en medio de un resurgir
Aún golpeada por el hecho de vandalismo que marcó un antes y un después en la vida del Instituto Camino de Esperanza de Asaim, cuando sufrió en diciembre pasado el incendio intencional de sus instalaciones, la comunidad educativa toda se encuentra frente a un nuevo desafío: resurgir en medio de una pandemia, sin el contacto físico, pero más unidos que nunca.
La suspensión de las clases áulicas significó más que un desafío para los docentes, los alumnos (todos con diversas discapacidades) y las familias que tuvieron que adecuarse a los tiempos modernos y utilizar como herramienta fundamental para la educación, la tecnología.
Hoy, a más de un mes de la implementación de las clases virtuales, la comunidad educativa se encuentra encaminada, “agarrándole la mano” a lo nuevo, y con más ganas que nunca de aprender. Sin embargo, el camino no fue fácil.
Hubo momentos en los que la comunicación virtual se volvía imposible de manejarla, pero con muchas ganas, optimistas, pudieron salir a flote y hoy, entre todos, llevan adelante las clases en casa, con la gran participación de los padres, un gesto invalorable para los docentes y las autoridades de Asaim.
“Esta nueva modalidad de trabajo, al principio nos ha resultado un poco extraña. Nos sentíamos fuera de lugar, porque no todos estábamos acostumbrados a manejar la tecnología que los teléfonos nos brindan en la actualidad. Sin embargo, esta modalidad educativa nos ha llevado a tener que formarnos, investigar las maneras que había de comunicarnos con nuestros alumnos. También tuvimos que ir modificando la manera en la que encarábamos las actividades, ya que estábamos acostumbrados a hacerlo desde un lenguaje técnico docente, que dificultaba la interpretación de los padres. Entonces no quedaba en claro cuáles eran las actividades que los chicos debían hacer. Y decidimos simplificar todo. Optamos por dejar de lado lo escrito y mandar las actividades a través de pequeños videos. Y vimos que fue positivo, porque además mantenemos el lazo y el vínculo con el alumno. Recordemos que no sólo se hace difícil para los docentes, sino también para nuestros alumnos, que son personas con discapacidades y entonces lo sufren mucho más”, expresa Belén Serrano, docente de Asaim.
El hecho de darle un nuevo sentido a la rutina fue una situación hasta angustiante para los alumnos.
“Ellos sufren mucho el encierro, el salirse de su rutina, pero encontramos la manera de paliar esa situación y fue a través de los videos. Entonces, cada uno de nosotros enviamos nuestras tareas de esa manera. Unos docentes enseñan a cocinar, otros animan sus clases de música con una guitarra, mandan fotos también de los trabajos terminados del área de Plástica, por ejemplo, y así vamos trabajando cada uno desde nuestros hogares”, explica Belén, al tiempo que cuenta también que “en el marco de la Autonomía Provincial, mandamos videos enseñando a bailar una chacarera”.
En un balance de la nueva experiencia, Belén cuenta que detrás de las clases con los alumnos, hay todo un trabajo integral del cuerpo docente.
“Nosotros tenemos reuniones de trabajo con equipos terapéuticos, con los directivos para autoevaluarnos y analizar cómo es la respuesta de la familia. Hemos aprendido a trabajar con la aplicación Zoom y lo hacemos con compromiso muy grande. Sabemos que es un tiempo difícil, pero estamos aprendiendo la manera de llevarlo”, analiza.
“Las tareas deben ser un momento de ocio para ellos”
Si bien existen momentos de resistencia, muchas veces propios de sus condiciones, siempre el amor, las ganas de superación y el acompañamiento de la familia terminan por dominar la situación.
“Tratamos de que la tarea no sea algo pesado. Buscamos la manera de mandar actividades con las que podamos seguir los contenidos establecidos, pero también que sirvan de alguna manera para que este tiempo de tareas sea un momento de ocio para ellos, en medio del encierro”, explica la Prof. Serrano.
Y finaliza: “Los papás también han aprendido, siguen haciéndolo, porque son fundamentales a la hora de la realización de las tareas del alumno. Hay un gran compromiso y por eso no se privan de aprender a utilizar los recursos de sus teléfonos para colaborar”.