Estudiantes y docentes limpiaron el diquecito de la Virgen de Sumampa

La mañana del domingo no fue una más, fue distinta en el Vallecito de Sumampa Viejo, pago de la Virgen de la Consolación, en el sur de Santiago del Estero, lugar icónico de la fe más que centenaria en esta devoción mariana. Un grupo de estudiantes secundarios de la vecina ciudad de Sumampa decidió juntarse con otro grupo de jóvenes del vallecito para completar la jornada de limpieza del cauce del emblemático arroyo de Sumampa Viejo, que habían iniciado la semana anterior. En este fin de semana, se limpió el segundo tramo de la vertiente, desde el dique hasta frente del Santuario.

Con tanto entusiasmo, responsabilidad y alegría asumieron este compromiso que hasta se pusieron nombre. Avisaron al mundo que quieren ser reconocidos como los Guardianes de la Vertiente. Apenas concluyeron la agotadora, pero muy productiva primera jornada de voluntariado, ya planificaron y definieron la segunda, que concretaron ayer.

Los Guardianes de la Vertiente proyectan “continuar con las actividades los fines de semana, para mantener el cauce limpio, despejado, lo mismo que el diquecito, y con el tiempo buscarán darle utilidad a esa agua”, anticiparon también.

“Se encontró innumerable cantidad de botellas, plásticos, neumáticos, vidrios y chapas. Todo fue levantado’.

Se trata de un grupo de jóvenes autoconvocados, sin intervención de ningún organismo ni entidad, a pesar de que la base está conformada principalmente por estudiantes y docentes.

Algunos de los chicos son alumnos del colegio secundario y otros de la escuela primaria, además de los docentes Lorena Beatriz Mendoza, Mariana Paz y Mauricio Villarroel.

Precisamente, Villarroel, docente secundario, refirió que “este arroyo es el que le da nombre al pueblo, ya que Sumampa es un término de origen prehispánico, que deriva de dos vocablos: súmaj, que significa hermoso, lindo, en quichua; y mampa, que en sanavirón es vertiente o arroyo. ésta sería la vertiente que le dio nombre a Sumampa, por eso todos los sumampeños la queremos, la sentimos, porque nos pertenece, y nos dolía verla así, toda sucia, contaminada’.

Durante diez años aproximadamente no hubo agua. Las napas bajaron porque el milimetraje de lluvias era escaso. Era como que nos faltaba algo. Y ahora hace un año y medio, dos, volvieron las lluvias abundantes y se reactivaron las vertientes de la zona”.

Visita del obispo Bokalic

“Estábamos limpiando y sorpresivamente apareció un hombre de aspecto sencillo que calzaba gorra. Grande fue nuestra sorpresa al acercarse y lo reconocimos. Era el obispo, dijeron algunos chicos y allí comenzó la charla”, comentaron los voluntarios de los Guardianes de la Vertiente, de Sumampa Viejo.

Según Mauricio Villarroel, El obispo les contó que estaba informado de esta actividad y que la festejaba. También quiso saber de ellos, qué los había motivado y entre otras cosas dijo que los sumampeños son “poseedores de un lugar de una belleza singular y un profunda historia, y una Virgen milagrosísima”, y coincidió con el voluntariado que este espacio “se debe cuidar con mucho celo y difundirlo”. l