El clásico en modo siglo XXI: 22 en la cancha, miles en las tribunas y millones en la virtualidad El clásico en modo siglo XXI: 22 en la cancha, miles en las tribunas y millones en la virtualidad
Por Germán Robato. Periodista
Recuerdo que casi hasta los 15 años, vi la mayoría de los River-Boca junto a mi abuelo Emilio. él, fanático de River, del boxeo y de los autos; yo de Boca casi de trampa, porque lo primero que él me había regalado era justamente todo el equipo “gallina”, tratando de transmitirme un sentimiento que antes de cumplir los 4 años una tía pícara logró cambiar.
Cuando yo festejaba, el trataba de no mostrar todo su fastidio para no opacar mi alegría; cuando era yo el que perdía, su festejo era más mesurado, aunque por dentro sentía una alegría inmensa. En el medio, mi vieja, de River también, hacia fuerzas mitad y mitad: había otros sentimientos que a ella le tiraban más que el de esas dos camisetas.
Aquellos clásicos de los 80, traían cargadas por horas, un par de días y las alegrías o tristezas se esfumaban en la semana; era cargar o soportar cargadas en el colegio para los más chicos, en los trabajos para los más grandes y en las 2 o 3 juntadas de amigos posteriores al partido.
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Pasó casi igual en los 90 y en los primeros años del nuevo siglo. La televisión con deporte 24 horas primero, la tecnología después y las redes sociales para rematar, transformaron por completo la manera de vivir la previa y los post del partido más esperado del fútbol argentino y del que seguro está entre los cinco duelos más relevantes a nivel mundial.
Whatsapp, Facebook, Instagram, periodistas full time de la redonda (con todo lo que ello implica) y algunos componentes más de nuestra cotidianeidad, hicieron que la “grieta” del fútbol hoy sea notoria y casi permanente. Las redes dieron lugar a comentarios de todos y de todo tipo, a los memes, a los videos, al cero filtro.
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Aquellas cargadas del colegio o del trabajo hoy llegan a cada computadora, a cada teléfono, te acompañan sin dar respiro, duermen y se despiertan con cada uno, con el que goza y con el que sufre.Ha sido tanto el impacto de la tecnología y las redes que hasta termina influyendo en los mismos protagonistas; es que los que hoy juegan también cambiaron. Fotos en cada vestuario, mensajes a los seguidores, selfies, posteos cotidianos….
También ellos se alimentan de esto, participan, se involucran… y lo sufren claro.
Abierto para todos
Las redes sociales han abierto además la puerta para que no sólo los fanáticos o entendidos opinen; los clásicos de hoy tienen una platea virtual enorme, que amplifica lo bueno y lo malo, que equipara a los que más saben con los que poco entienden, que genera discusiones, burlas y hasta exabruptos.
Ha sido tal la revolución de estas nuevas formas de comunicación, que transformó la manera de vivir los Boca-River, que paradójicamente parecen seguir estancados en el tiempo cuando se pasa de lo virtual a la acción: el gas pimienta, las piedras y una final de América definida en Europa deberían preocuparnos bastante más que unos memes ingeniosos…
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Este domingo volverán a estar frente a frente, casi como aperitivo a lo que todos esperamos: el duelo de la Copa, reservado para un mes de octubre al que no le faltará nada en la Argentina. Este domingo se verán otra vez desde aquel inolvidable e imborrable duelo del Bernabeu, que todavía no terminó, que a casi 9 meses se sigue gozando y sufriendo en whatsapp, en las redes sociales, en una pantalla…
Este clásico significará sólo el inicio de unos 50 días en el que será protagonista principal de nuestra vida diaria, 50 días en los que se alimentarán el morbo, el ingenio, las cargadas cruzadas, los hastags, los memes y las historias.
Serán 22 en la cancha, miles en las tribunas y millones en la virtualidad. Es el clásico en versión siglo XXI, tómelo o déjelo.