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Claudio Zin: “La nuestra es una sociedad enferma que se empecina en elegir gente que la hace sufrir”

31/10/2022 01:18 Política
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Claudio Zin: “La nuestra es una sociedad enferma que se empecina en elegir gente que la hace sufrir” Claudio Zin: “La nuestra es una sociedad enferma que se empecina en elegir gente que la hace sufrir”

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Por Emilio Marcelo Jozami

El médico Claudio Zin no tiene

términos medios. Es directo,

claro. Y así es como

se expresó en diálogo exclusivo

para “A solas con EL LIBERAL”,

ciclo de entrevistas a personalidades

con motivo del 124° aniversario de

EL LIBERAL.

El también político y ex senador por

Italia por el partido político Movimiento

Asociativo Italianos en el Exterior, trazó

un sombrío panorama cuando brindó

un diagnóstico sobre la Argentina actual.

“Es una sociedad enferma que se empecina

en elegir gente que la hace sufrir”,

definió sin vueltas.

Se refirió además a los efectos de

la pandemia del Coronavirus (contrajo

el Covid-19 y no la pasó muy bien).

Para

Zin, los casi dos años de encierro “sumaron

incertezas, miedos, fobias y sumaron

fastidio a mucha gente”.

-¿Cuál es el diagnóstico

que realiza de la Argentina

2022?

Esto es un diagnóstico complicado.

Es una sociedad enferma, claramente.

Hay muchas que lo son, pero esta es

una sociedad enferma que se empecina

en elegir gente que la hace sufrir. La verdad

es que no entiendo bien cómo funciona,

pero claramente hay mucha gente

que gestiona la cosa pública en la Argentina,

sobre todo a nivel nacional a esto

me refiero, que nos hacen sufrir mucho.

Estoy convencido que un político o

alguien que gestiona la cosa pública lo

que tiene que hacer es facilitarle la vida

a la gente y no complicársela. La verdad

es que en la Argentina ocurre lo contrario.

A mí, al señor que seguramente está

viendo esto, en algún momento el Estado

le puede complicar la vida y esta no

es la función; entonces, la función es lo

contrario. Por ende, hay mucha gente

enojada, hay mucha gente violenta, hay

mucha gente enferma porque sus predisposiciones

genéticas y psiquiátricas

afloran fácilmente por esto y lo cierto es

que es una sociedad que necesita rápidamente

ponerle objetivos claros y certezas

porque lo que reina en la Argentina

es la incertidumbre. Nadie tiene la menor

idea de lo que va a pasar el año que viene,

cómo llegaremos a las elecciones.

Esta incertidumbre es lo que realmente

enferma, y mucho, a la población. Algunos

reaccionan y otros son más pasivos,

pero todos se enferman.

-¿Los casi dos años de encierro

producto de la pandemia

por el Coronavirus ha disparado

más esa fobia, esos

enojos?

Sí, claro. Esos dos años innecesarios

de encierro o de falta de concurrencia

a clases en el caso particular de

la provincia de Buenos Aires, la verdad

que también sumaron incertezas, sumaron

miedos, sumaron fobias y sumaron

fastidio a mucha gente porque no

entendían por qué ocurría eso, porque

en otros países se abrían las sociedades

y en este no. Bueno, porque no sabíamos

nada del virus, pero alguna vez

hay que aprender y tomar decisiones un

poco más para la gente y no solamente

para las vacunas o para comprarlas. No

quiero criticar la gestión porque no es el

caso, pero mi punto de vista era diferente

y yo lo expresé durante todo el tiempo,

desde el 4 de febrero del año 2020,

que empezó esta pandemia, hasta ayer,

expresé mi punto de vista diferente, mi

diferencia con la gestión de la cosa pública

que hicieron los distintos ministros

de Salud que trabajaron en la Argentina.

Curiosamente, nadie me contestó y nadie

se sentó conmigo a discutir. Yo fui

ministro de Salud en la provincia de Buenos

Aires. Yo soy una persona calificada.

Fui funcionario, estuve en una situación

parecida, no igual pero parecida. Nunca

nadie confrontó conmigo, ni el ministro

anterior (Gines González García), ni esta

ministra (Carla Vizzotti), ni nadie del

Ministerio (de Salud de la Nación) porque

ésta es la esencia de la democracia,

el diálogo del disenso. Usted no puede

escuchar voces contrarias y no discutir

con esas voces o no intentar conciliar

con esas voces para ver quién tiene más

argumentos a favor de la gente. Ahora,

si usted se encierra e ignora lo que decimos

todos, excepto aquellos que me

gustan o excepto aquellos a quienes les

pago, realmente es una actitud muy enfermiza

y enfermante.

-¿Se terminó la pandemia

o hay que tener más cuidados

todavía?

-En este punto voy a tomar una definición

de Ignacio Brusco, médico y actual

Decano de la Facultad de Medicina

de la Universidad de Buenos Aires, que

dijo: “A mí no me gusta hablar de postpandemia

prefiero hablar de peripandemia”.

Estamos bordeando una situación

diferente, que claramente es mucho

menos peligrosa. De esto no hay

ninguna duda. Yo adhiero a eso, creo

que estamos en algún sitio en donde las

cosas son menos complicadas, menos

peligrosas, pero no terminaron. Así de

sencillo.

-Esta situación, de vivir al

límite, fruto de esta pandemia,

¿ha hecho que el ser humano,

cualesquiera sean sus creencias,

se acercara más a Dios?

-Esa respuesta no la tengo, pero debería

haber ocurrido una cosa así porque

hubo mucho miedo y cuando hay

mucho miedo la sociedad en general, se

recuesta mucho más en el muro de las

creencias que en el muro de las convicciones.

Por ende, es probable que haya

ocurrido. Yo estuve enfermo de Covid-19

y no la pasé muy bien. Estuve un par de

días internado, lo mismo que un par de

compañeros míos. La verdad es que rezamos

todos mucho para que Dios nos

diera una mano porque no veíamos manos

disponibles dando vueltas.

El médico lapidó al presidente Alberto Fernández y

aseveró no tener “ninguna simpatía por Mauricio Macri”

Carlos Menem (expresidente de

la Argentina): “Un personaje que quise

mucho, lo conocí bien. Muy simpático,

muy agradable. Hizo una primera

gestión muy buena y una segunda

penosa. El hecho de que yo le tenga

simpatía no significa que pierda objetividad”.

Néstor Kirchner (expresidente de la

Argentina): “Personaje extraño. La verdad

que no sé qué decirle. No lo conocí

tanto. Lo vi tres o cuatro veces en mi

vida. Parecía muy interesante su propuesta,

pero terminó con toda esta historia

de sospecha de corrupción que tiran

por la borda cualquiera buena intención

que usted pudo haber tenido”.

Cristina Fernández de Kirchner (expresidenta

y actual vicepresidenta de la

Argentina: “No voy a hablar de la vicepresidenta.

No quiero arriesgarme”.

Alberto Fernández (presidente de

la Argentina): “Pobre personaje. En Italia

llamamos partiquino a la gente que

es tercera o segunda línea en una obra

de teatro. Este ni siquiera es partiquino.

La verdad que es penoso tener un presidente

que dice las cosas que dice, que

se retracta de estas cosas. La verdad

que es muy triste tener un Presidente

de este nivel”.

Mauricio Macri (expresidente de la

Argentina): “No tengo ninguna simpatía

por Mauricio Macri”.

María Eugenia Vidal (exgobernadora

de la provincia de Buenos Aires): “La conozco

poco”.

Giorgia Meloni (Primera Ministra de

Italia): “Yo soy originalmente democristiano.

Desde esta condición de democristiano

le pedimos que tenga sobriedad

en cuanto al europeísmo. Italia no

puede estar fuera de Europa. Italia no

puede estar fuera de la OTAN. Italia no

puede obviar aplicar sanciones a Rusia

porque Rusia va a hacer sufrir a los italianos.

Si Giorgia Meloni pretende que

estas cosas se pongan en duda o en discusión,

realmente, equivoca el sendero.

Que gobierne la derecha es un tema del

electorado italiano. Que gobierne una

derecha recalcitrante es un problema

para la gente de Italia”.

Ricardo Merlo (fundador del Movimiento

Asociativo Italianos en el Exterior):

“Es un buen dirigente político,

una persona que conoce bien la comunidad

italiana desde hace mucho tiempo

y creo que tiene futuro en la política

argentina”.

Ninguno de sus hijos siguió su camino

Khalil Gibrán Khalil, poeta libanés, decía que el gran dolor

del emigrado es el alma descarnada de evocar su tierra y no

poder volver. ¿Cómo se aplica en su familia y en su caso particular

esta máxima?

-Aunque uno no lo crea, en el fondo, siempre quiere volver a sus raíces, a sus orígenes.

Aunque directamente no esté en el inconsciente de manera permanente o aparezca

esporádicamente, pero esas raíces están en el fondo del alma. Yo volví muchas

veces a Italia por trabajo o congresos. Cuando volví a Italia como parlamentario, como

Senador, me volví a encontrar con mi Italia profunda, con lo que yo llevo en el alma y tuve

la posibilidad de ir al pueblo en donde nació mi mamá y me recibió el pueblo entero

como un Senador de la República Italiana. Volví y para mí fue una emoción inmensa. Llevé

a mi hija menor. Para los dos fue una emoción muy importante. Ese recuerdo no lo

voy a perder nunca más y logró despertar en mí tantísimos otros recuerdos que tienen

que ver con mi infancia, con mi madre, con mis abuelos, con mi tío cura, mi tía monja y

mi tío militar que murió en España. Reencontré mi historia y pude vivir en paz.

-¿Cómo está conformada su familia?

-Tengo cuatro hijos de matrimonios diferentes. Tres de uno y otro de otro matrimonio.

Dos de mis hijos son directores de cine, ninguno es médico. El mayor vive en

España desde hace muchos años y ahora fue nominado al Emmy. Todos sus documentales

están en Netflix. El último se llama “Morir para contar” y “Nacido en Siria”,

que tiene que ver con la migración obligada de los sirios fuera de Siria. Es un documental

espeluznante. Tiene otro que se llama “Nacido en Gaza”. Se llama Hernán Zin.

Ganó premios Goya, Platino. Ahora que hablamos usted y yo sobre este tema de la

migración, fíjese como Hernán se dedicó a seguir migrantes. Fue a Siria y se acopló

a una familia que estaba migrando y los acompañó hasta Bélgica. Nunca hablamos

con Hernán de la temática de la migración. Como ustedes ven, en el fondo, en las raíces

siempre hay un recuerdo vinculado con la historia anterior que va marcando, de

alguna manera, un pequeño rumbo. Tengo otra hija que también vive en Madrid, que

trabaja para una empresa de una industria farmacéutica, es abogada, hace Derecho

Corporativo. Tengo otro hijo que es uno de los directores de Edenor. Es economista y

fue político. Hizo política en la provincia de Buenos Aires. Y tengo una hija menor que

también es directora de cine.

-Ninguno de sus hijos siguió su profesión? ¿Quiso que siguieran

su camino o, simplemente, los dejó desplegar sus alas?

-Los dejé volar y volaron hasta donde quisieron o hasta donde pueden volar de

acuerdo con sus capacidades. Jamás me consultaron, lo cual también es bueno. En

la primera de las casas que viví con mi primera mujer y tuve mis tres hijos, nunca hubo

mandatos sino que fue a libre elección. Cada uno hizo lo que quiso. Hernán, no es

porque los demás sean diferentes sino porque los demás tienen muchísimas cualidades

y condiciones, terminó su carrera, en Buenos Aires, en Relaciones Internacionales.

Se tomó un año sabático y terminó viviendo con la Madre Teresa de Calcuta

en Calcuta. Estuvo dos años hasta que falleció la Madre Teresa y abrió un hogar para

los niños de la calle. Tiene una historia con la migración muy arraigada porque su

abuelo, Juri de apellido, era hijo de inmigrantes libaneses.

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