Gabriel Rolón invita a recorrer la vida a través de la palabra plena Gabriel Rolón invita a recorrer la vida a través de la palabra plena
El licenciado en Psicología, psicoanalista
y escritor Gabriel Rolón
presentará el próximo 9 de
octubre, a las 20, en el teatro 25
de Mayo de Santiago del Estero su última
obra “Palabra plena”, a través de la cual invita
a reflexionar sobre la importancia de la
palabra, y más.
Con dirección de Carlos Nieto y música
de Gabriel Mores, el profesional en psicología
invita a transitar el laberinto de nuestro
propio enigma intentando evitar las trampas
de la comodidad. Sobre su propuesta, habló
en exclusiva con EL LIBERAL.
¿A qué nos desafía o interpela
la “Palabra plena”?
La obra enfrenta el desafío de recorrer
muchos de los temas que nos recorren como
humanos que somos: las pérdidas, los
duelos, la angustia, el dolor, la lucha cotidiana
para enfrentar cada una de nuestras pérdidas,
la soledad, la mentira, entre otros. Y,
por supuesto, todo esto recorrido por el hilo
que une nuestra existencia: la palabra. Pero
el acento está puesto en la diferencia entre
la palabra vacía, esa a la que nos invita la
vida, esa palabra que no dice nada de nosotros,
y la palabra plena, que es la que promueve
el Psicoanálisis.
¿El valor de la palabra está en
lo que dice y en lo que se hace?
La palabra encuentra su valor cuando
nos compromete, cuando nos obliga a hacernos
cargo de las consecuencias de nuestros
dichos. Por lo general, es esperable que
esas palabras requieran de algunos actos
afines con lo que dijimos.
¿Las palabras tienen “magia”?
Magia es una palabra demasiado ambigua
para intentar una respuesta sólida y no
quisiera malinterpretar el efecto metafórico
de tu pregunta. Puedo decir, eso sí, que la
palabra produce efectos. Dolor, alivio, cura
o enfermedad. Todo lo que deseamos debemos
pedirlo, somos sujetos del lenguaje
y como tales no podemos escapar al efecto
que las palabras tienen sobre nosotros. Esa
y no otra es la magia de la palabra.
¿Cuánto valor tiene la palabra
en tiempos de ‘posverdad’?
El valor de la palabra se sustenta en el
compromiso que quien la emite toma con
ella. Eso ha sido así y siempre lo será. La
posverdad puede cuestionar muchas cosas,
pero no puede alterar esa relación de verdad
o no que se establece entre el hablante
y sus dichos.
¿Qué rol cumple, si vale esta
expresión, el lenguaje inclusivo
en dar la palabra
plena?
También quien
utiliza el lenguaje
inclusivo deambula
entre la palabra
plena y la palabra
vacía. Si alguien se
pasara toda una charla sin decir nada que lo
comprometa y lo recorra no importa si utiliza
“nosotros” o “nosotres”. En todo caso el lenguaje
inclusivo habla de una postura, de una lucha,
pero no nos libra de hablar sin decir demasiado.
Leía que la sociedad actual está
determinada por lo que se conoce
como el ‘imperio de la superficialidad’,
el ‘encanto embriagador de las
burbujas’ y la ‘exaltación de la estupidez’. ¿Cómo analiza usted estos
conceptos?
No son conceptos nuevos. Martin Heiddegger
planteó que nuestra existencia se mueve
en lo que el llamó “la vida inauténtica”. En esa
vida describió esa superficialidad y esa estupidez
de la que hablás. También de esto habla la
obra. Porque ese mundo de burbujas del que hablás
forma parte de la vida inauténtica, y el Psicoanálisis
se opone a la vida inauténtica porque
apunta a la palabra plena.
¿Resulta una mochila pesada caminar
“siempre de la mano de la palabra”?
Es una mochila inevitable. No nos queda opción.
Somos humanos y la palabra es nuestro
cielo y nuestro infierno. Un cielo y un infierno al
que nadie puede renunciar.
¿En la hoy crispada sociedad argentina
quién tiene la “Palabra plena”?
A lo mejor un sociólogo te daría una respuesta
diferente y más amoldada a tu pregunta.
Como analista, evalúo la palabra plena o vacío
según sea el compromiso único e irrepetible
que cada sujeto toma con ella.
¿Vivimos tiempos en que urge un
lenguaje con contenido?
Si uno no quiere pasar por esta vida sin sentido
siempre, independientemente de la época,
se hace necesario un lenguaje con contenido.
PARA NO PASAR POR ALTO
En el teatro, la vida se representa con todos
sus bemoles, ¿qué lo diferencia del diván?
“El teatro es un hecho artístico. Da cuenta de la vida de un modo único. El diván carece
de argumento, de un final lógico, no todas las historias cierran, la obra a veces se interrumpe,
a veces cambia de guion. No deja de ser un ámbito intermedio entre el conocimiento
y el arte. Pero en tanto que si no te gusta una obra teatral habrás perdido un poco
de tiempo y el valor de la entrada, si lo que se trabaja en el diván no llega a destino podríamos
perder la oportunidad de darle un sentido a nuestra vida”, dijo Gabriel Rolón.