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La carta bomba de Matías Kulfas le explotó a Alberto Fernández

07/06/2022 15:43 Opinión
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La carta bomba de Matías Kulfas le explotó a Alberto Fernández La carta bomba de Matías Kulfas le explotó a Alberto Fernández

Por Diego Sehinkman

La carta de renuncia de Matías Kulfas es una bomba. Nunca antes en más de 14 años de ciclos K (4 de Néstor más 8 de Cristina más 2 de Alberto), un funcionario tan importante había hecho públicas acusaciones tan graves sobre el corazón del kirchnerismo.

Ya no se trata del cuestionamiento de un opositor o del periodismo crítico. Uno de los ministros más relevantes que tenía este cuarto gobierno K se fue tirando una bomba contra La Cámpora y la propia Cristina Kirchner, sin nombrarla.

La carta de renuncia de Matías Kulfas es una bomba. Nunca antes en más de 14 años de ciclos K (4 de Néstor más 8 de Cristina más 2 de Alberto), un funcionario tan importante había hecho públicas acusaciones tan graves sobre el corazón del kirchnerismo.

Ya no se trata del cuestionamiento de un opositor o del periodismo crítico. Uno de los ministros más relevantes que tenía este cuarto gobierno K se fue tirando una bomba contra La Cámpora y la propia Cristina Kirchner, sin nombrarla.

¿Hubo en tantos años de gobiernos K alguna renuncia tan sonora?

En 2005, Roberto Lavagna fue desvinculado por Néstor Kirchner, luego de ganar las intermedias, pero el texto del ministro de Economía y Producción saliente decía así: “Atenta a la amable conversación que hemos mantenido, y a su deseo de introducir cambios postelecciones, pongo a su disposición el cargo de ministro de Economía y Producción. Le deseo, en lo personal, lo mejor y ansío que tenga toda la inspiración para luchar, como lo hemos hecho, por un futuro mejor. La oportunidad está al alcance de la Argentina y está vez no debemos dejarla pasar”.

Aunque en la carta conservó el protocolo, Lavagna denunciaba la cartelización de la obra pública. Pero era 2005, la economía marchaba bien y luego de De la Rúa y de los años finales en declive del menemismo, la mayoría de la sociedad no tenía ganas de escuchar malas noticias. No hubo explosión.

Volvemos al hoy

Kulfas mandó la carta de renuncia, pero no fue protocolar: lejos de las palabras de ocasión y alejado del verticalismo peronista que lo hubiera conducido al silencio, el ahora exministro redobló sus críticas con dos párrafos de alto voltaje.

Dijo así:

“Ratifico lo dicho el viernes al finalizar el acto aniversario por los 100 años de YPF en Tecnópolis: si algo cabe reprocharse respecto al contenido nacional de los insumos del gasoducto, eso debe atribuirse pura y exclusivamente a las características de la licitación realizada por la empresa IEASA, cuyos miembros, al igual que el equipo de la secretaría de Energía, responden políticamente a la Sra. Vicepresidenta”.

Kulfas acusó al kirchnerismo de inoperante. “El equipo de la secretaría de Energía no hizo más que alimentar este sistema nefasto de subsidios. En estos dos años y medio han ocurrido hechos trascendentes en el mundo: hubo una pandemia, se investigó rápidamente la genética del virus, se crearon varias vacunas, se desplegaron decenas de iniciativas para afrontar la pandemia, se aceleró la digitalización, cambiaron los sistemas mundiales de aprovisionamiento, pero en nuestro país, el equipo de la secretaría de Energía no fue capaz de diseñar un sistema de segmentación de tarifas y cobrarle a los ricos y sectores de ingresos medio – altos una boleta de luz y gas sin subsidios”. Subtitulado: el ser humano fue capaz de adelantar hallazgos tecnológicos y genéticos para afrontar una pandemia y Cristina y su gente no fueron capaces de afrontar una simple segmentación de tarifas para luz y gas.

Una novedad política

Hasta ahora, las cartas bomba fueron las de Cristina luego de las PASO, cuando amenazó con vaciarle el gabinete a Alberto. O las descalificaciones en off (por decenas) y en ON (por centenas) al presidente. Pero nunca alguien del albertismo (nonato) había respondido al kirchnerismo con semejante irreverencia: sin usar esta expresión les dijo inútiles. Agustín Rossi, flamante jefe de los espías de la AFI, había expresado en radio que Kulfas representa el pensamiento económico de Alberto Fernández. Recordemos que el ahora exministro fue socio fundador del albertismo (potencial) y acompañó al presidente desde antes de asumir.

Tan grave fueron las declaraciones de Kulfas que, para evitar la furia total de Cristina, la vocera Gabriela Cerruti tuvo que despegar al gobierno del exministro con un tuit: “El Gobierno Nacional rechaza las acusaciones vertidas por Matías Kulfas en su carta de renuncia y no comparte los conceptos sostenidos en ese sentido. El presidente está convencido de la necesidad de seguir trabajando por la unidad de la coalición de gobierno, construyendo acuerdos en la diversidad y gobernando con plena transparencia en todas las áreas”.

Y así, en ese sencillo acto, Kulfas fue sacrificado por segunda vez en menos de 48 horas. Cerruti, en nombre de Alberto, lo ejecutó para calmar la crisis. Si el presidente guardaba silencio sobre la carta de su ministro, ese silencio iba a ser interpretado como un aval y hubiera desatado la tormenta final por parte de Cristina.

Viajamos al pasado. Es 21 de abril y estamos en Loma Campana. ¿Lo ven al presidente, con los pelos que se le vuelan? ¿Qué estaba inaugurando aquel día cuando anunció una mega obra sin haber firmado un solo contrato ni puesto un solo caño? Estaba inaugurando otro escándalo político. Un mes y medio después de aquella farsa, Alberto Fernández perdió un ministro muy importante, quedó más debilitado que nunca. Y ese tubo salvador llamado gasoducto está por ser enterrado pero en un expediente judicial.

Fuente: Todo Noticias

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