Asesinó a una mujer trans y podría enfrentar una perpetua

Un hombre enfrentará un juicio oral y público, en el que podría ser condenado a prisión perpetua, en caso de ser encontrado culpable, después de haber acuchillado salvajemente a una mujer trans y de haberle provocado la muerte meses después.

"Homicidio agravado por odio a la orientación sexual", fue la figura penal que la fiscal del caso, Dra. Melissa Deroy, endilgó a Clemente Romano, acusado de haber asesinado a Gisela Corvalán de una certera cuchillada.

Ayer se llevó a cabo una audiencia, en la que la Dra. Deroy solicitó la elevación a juicio del proceso, entendiendo que la investigación penal preparatoria estaba concluida y que contaba con todos los elementos probatorios para suponer que Romano fue el autor material del hecho.

Durante dicha audiencia, presidida por el juez de Control y Garantías de Las Termas de Río Hondo, Dr. Silvio Sálice, la fiscal requirió la elevación a juicio del proceso, ante la presencia del imputado y su abogado defensor, Dr. Juan José Saín.

La representante del Ministerio Público relató que los hechos sucedieron en horas de la madrugada del 19 de agosto del 2019, cuando la víctima recibió en su domicilio a un grupo de personas, entre las que se hallaba el acusado, una mujer de nombre Rebeca y un joven llamado Cristian.

Todo transcurría normalmente, hasta que Romano habría comenzado a burlarse de Gisela de forma insistente, al punto de tornarse insoportable, por lo que la dueña de casa le pidió que se retirara.

El imputado reaccionó de forma violenta, entonces la pareja amiga que los acompañaba, intentó sacarlo de la casa, pero éste volvió a ingresar y tras un forcejeo, le asestó una cuchillada a Gisela Corvalán, dejándola malherida, y luego se dio a la fuga.

La víctima fue trasladada al hospital de urgencia. Terminaría muriendo el 13 de noviembre.

El Dr. Sálice hizo lugar al pedido de la fiscal y la causa fue entonces elevada a juicio.

La teoría fiscal y los antecedentes que tenía el asesino

La Fiscalía encuadró el caso en un homicidio agravado por el odio al género, a partir de los testimonios recogidos de las personas que presenciaron los momentos previos y posteriores al fatídico ataque.

Esa madrugada, en la localidad El Sauzal habían estado consumiendo bebidas alcohólicas, pero Romano había comenzado a hostigar a Corvalán, arrojando hollín en su pelo, y burlándose por el largo.

Ya ofuscado porque la dueña de casa le había pedido que se retirara, antes de ingresar nuevamente, el agresor habría vociferado: "Este pu... de mier... no me va a venir a correr a mí con ese palo".

La víctima había tomado un palo para intentar amedrentar al acusado, ya que se había tornado violento y temía por su integridad.

Nada fue suficiente después de que Romano extrajera un cuchillo tipo carnicero y la acuchillara en el abdomen.

Además de los cargos por el homicidio, Romano tenía en su haber los delitos de "evasión", por haberse escapado cuando había estado detenido previamente y por un hurto agravado, tras robar una moto.