Golpeó al padre diabético y a su hermano discapacitado, ávido de plata para drogas Golpeó al padre diabético y a su hermano discapacitado, ávido de plata para drogas
Por tercera vez en un año y medio, un friense fue aprehendido sindicado de agredir a golpes a su padre diabético, de 72 años, y a su hermano discapacitado, 32, en el B° Centro de Frías, empecinado en que le proveyeran dinero para comprar drogas.
De apellido Castillo, el sujeto fue apresado el lunes a la madrugada, tras un revuelo familiar con impronta de neto escándalo que despertó sobresaltados a sus vecinos.
Según la investigación policial, a cargo de la fiscal Natalia Simoes, Castillo, de 31 años, arribó más alterado que lo habitual. Exigió dinero a su hermano y al padre, pero ninguno tenía.
Reaccionó de la peor manera. A los insultos habría adosado golpes que repercutieron en la de por sí frágil humanidad de sus familiares.
Como en las otras dos ocasiones, arribó un patrullero. Los funcionarios debieron esforzarse más de la cuenta para reducirlo y ascenderlo al vehículo.
"Lesiones y amenazas calificadas" son los cargos en que Simoes cimentará la tercera causa en contra de Castillo, en quien todo intento por regenerarlo parecieran haberse agotado. Causas aparentes: un fuerte apego a las drogas.
El día después
Aunque Simoes prefiere trabajar con perfil bajo, se sabe que ahora debe afrontar lo más delicado: quizá tendrá que requerir hoy la conversión de aprehensión y detención. Después, disponer pericias psicológicas, cuyas conclusiones emergen más que previsibles. Castillo luce imprevisible y sus promesas de control de ira son opacadas por las drogas que lo pueden todo.
Contra esa muralla la fiscal deberá improvisar y rodearse de expertos en psicología y adicciones. Nadie se atreve a insinuar un plan B de casi segura internación, pero no es menos cierto que a Simoes le preocupa la salud y seguridad de las dos víctimas de Castillo.
Al investigar sus antecedentes, se pudo saber que la familia procede de la provincia de Buenos Aires. También, que los primeros destellos de furia incontenible ya irrumpieron en aquella provincia, para lamento de cualquier optimista que esperaría atisbos de temperancia y sensatez en Castillo.