“Lo que ha sucedido este año lo vamos a guardar en nuestros corazones”

Las restricciones generales por la pandemia de Covid 19, que alteró todo en el mundo, y que trastocó la festividad mayor de los santiagueños, no obstante ello, tuvieron su costado favorable, que fue el permitirles una mayor intimidad a los vecinos de la Villa Mailín con su santo patrono, situación que el rector del santuario del Señor de los Milagros de Mailín, Padre Sergio Quinzio, definió como “única, histórica”.

“Eso es un tesoro muy grande que vamos a guardar, porque seguramente el año que viene va a ser distinto también, con otras posibilidades, pero lo que ha sucedido este año lo vamos a guardar en nuestros corazones”, abundó.

Al respecto, fundamentó: “Este año fue muy distinto, porque en el 2020 fue totalmente virtual, a puertas cerradas. En esta ocasión tuvimos la posibilidad de que participe la gente del pueblo, más pobladores de la zona, y la verdad fue un desafío, porque no teníamos experiencia en esto de permitir que un grupo de personas estén y cerrar las puertas del pueblo, con dolor, pero a la vez era la única posibilidad que teníamos”.

“Hemos venido preparándonos mucho desde hace bastante tiempo, pero evaluando día a día, con distintas situaciones en medio de este contexto de pandemia, pero con la alegría de que hemos podido realizar la fiesta con la colaboración de todos, de la Policía, del COE, de las comisiones municipales, del Gobierno de la provincia y la verdad que hemos podido celebrarlo y llegar a la gente, a sus hogares, a través de transmisiones en vivo, mediante las redes sociales”.

Pueblo vacío, alma llena

Sobre cómo vivieron toda la semana previa, señaló: “La gente del pueblo nunca había tenido la posibilidad de servir en la fiesta del Señor de Mailín, porque todos saben que los pobladores trabajan en la preparación de comida, alojamientos, bares, para tantos peregrinos. Así que para ellos dentro del contexto de pandemia, ha sido una alegría enorme poder servir a su Señor”.