Un amparo tensiona la causa Servisur a favor del técnico en celulares Iván Páez Díaz

La defensa del técnico en celulares Iván Ezequiel Páez Díaz presentó ayer un recurso de amparo, resuelta a que un tribunal acelere el tratamiento de audiencia, en cuyo transcurso se debatirá la apelación a la prisión preventiva dentro de la causa por el robo de $ 2.413.080 a la firma Servisur.

Los detenidos son Marcos Villalba, el también policía exonerado Bruno Rubín; los policías Luis Serrano y Marcelo Campos y en quinto lugar, el técnico en celulares Iván Díaz Páez. Todos ellos acusados de ejecutar el gran golpe el 12 de noviembre del 2019.

“Robo doblemente calificado agravado por el uso de arma de fuego en poblado y en banda”, son los cargos, proceso al que la defensa de Páez Díaz acaba de reactivar, con un desenlace imprevisible a pocos días que expire el año 2020.

El recurso

En un extenso escrito, los abogados Luis Barraza y Javier Leiva requirieron ayer a través de la Mesa Virtual y destinada al Tribunal de Juicio Oral una rápida definición.

“Vengo por la presente a interponer formalmente acción de amparo por mora, a efectos de que fije fecha de audiencia para el tratamiento del recurso de apelación impetrado por esta defensa técnica de Iván Ezequiel Páez Díaz, conforme las consideraciones fácticas y jurídicas que a continuación expondré”, señaló la defensa en el recurso.

Páez Díaz cayó preso “el 14 de noviembre de 2019. En diciembre de ese mismo año se realizó audiencia en la que el juez de control y garantías impuso la medida cautelar de prisión preventiva”, ahondaron los abogados.

Los tiempos

El 12 de marzo de este año le fue concedida la interpuesta en contra de la prisión preventiva y la Oficina de Gestión de Audiencias de Capital “en fecha 27 de julio del año 2020 la remitió a la Cámara de Apelaciones” y hasta la fecha “no se fijó fecha de audiencia para el tratamiento de dicha apelación”, dicen los defensores.

Según la investigación, Páez Díaz se encargó de acondicionar celulares y colocar patentes truchas en los vehículos utilizados por la banda poliladron.

Aquella mañana, los ex policías habrían tomado el mando y ejecutado un ataque en la esquina de 24 de Septiembre y Dorrego, en cuyo transcurso los empleados de Servisur fueron despojados del botín.

El dinero no apareció y el pacto de silencio está intacto

El dinero no apareció y el pacto de silencio está intacto

La investigación sugiere que los hermanos Villalba huyeron con las bolsas llenas de dinero y que probablemente buscaron refugio en los barrios Smata o El Vinalar.

Una vez que la policía desmanteló al grupo, los Villalba literalmente desaparecieron del mapa santiagueño y el resto de sospechosos cayó preso.

Abandonados a su suerte, atravesaron ansiedades, pero jamás ninguno aportó al esclarecimiento del caso o sugirió algún arreglo para mejorar su situación individual.

Allí, en ese silencio, depositaron su suerte los Villalba, convencidos de que sus cómplices jamás se alejarían un punto del pacto de no hablar.

Ex despechados

El pacto sobrevivió también cuando un grupo de ex policías despechados habrían deslizado en la causa nombres y direcciones que llevaron a los investigadores hasta las puertas de la casa del B° 8 de Abril, búnker de la banda tras el golpe.

Por ende, la sorpresa y redadas masivas, a menos de una semana de que los sujetos huyeran con el botín, dejando en la calle una camioneta con una garrafa y la amenaza de hacerla volar.