Menopausia: trastornos a nivel hormonal y cutáneo Menopausia: trastornos a nivel hormonal y cutáneo
Por las Dras. Aldana Scaglione (dermatóloga) y Gladys Maidana (ginecóloga).
La menopausia, del griego mens, que significa “mes” y pausi, que significa “cese”, se define como el cese permanente de la menstruación.
La menopausia o última menstruación es la consecuencia del agotamiento de la reserva ovárica fisiológica.
La edad promedio de la menopausia es aproximadamente entre los 49 y 50 años, y forma parte de un proceso que se llama climaterio, que es la transición entre la edad adulta y la vejez, situaciones que no se pueden considerar enfermedad, pues igual que la pubertad son normales.
Con la disminución hormonal (estrógenos) se presentan cambios biológicos a tener en cuenta:
Pérdida de masa ósea: los huesos pierden calcio y esta es la causal de fracturas frecuentes.
Pérdida de masa muscular: este proceso se llama, sarcopenia.
Pérdida de la protección cardiovascular: Comienza aumentar la incidencia de infartos de miocardio en la mujer.
Trastornos urogenitales: como la urgencia miccional.
A nivel cutáneo
A nivel cutáneo, se evidencia menor producción de colágeno, menor producción de sebo, esto conlleva a una piel seca, menos elástica, más fina, generando la formación de arrugas, sumado al fotoenvejecimiento propio dependiente de cada mujer, se pueden observar manchas, queratosis actínicas y arañitas vasculares en menor o mayor medida.
En cuanto a las uñas se vuelven más frágiles, y existe caída de cabello la cual puede ser difusa o similar a la de los hombres.
Se recomienda utilizar jabones cremosos, hidratar la piel diariamente, evitar la exposición solar directa, utilizando fotoprotectores 50 +, cada 3 horas. Se pueden agregar cremas antioxidantes o con acido retinoico para mejorar la textura de la piel. Para las uñas y cabello existen fortalecedores locales /orales.
En general, para poder transitar esta etapa de la vida plenamente, se recomienda hábitos de vida saludables.
La dieta rica en lácteos, equilibrada en frutas y verduras, cereales, proteínas. Dieta que debe ser hiposodica, hipograsa y normocalorica.
Actividad física. Mantiene el tono muscular, la capacidad aeróbica, las endorfinas y el equilibrio.
Los suplementos serán indicados cuando sea necesaria su reposición. En caso que se los requiera y en el momento apropiado. Así también en caso de signos y síntomas específicos, se procederá a indicar el tratamiento adecuado.
Por eso realizando una vida saludable, tanto en el equilibrio nutricional, como en el gasto energético, cumpliendo las horas de sueño, moderando la carga de estrés que a muchas mujeres agobia, “cuidándonos por dentro y por fuera”, es posible adaptarse a esta nueva etapa de la vida.