Jaime Riviere: “Una parte de mi vida estará para siempre en Frías” Jaime Riviere: “Una parte de mi vida estará para siempre en Frías”
El viento primaveral de septiembre, literalmente, infla su pecho verde y rojo en el monumento a la bandera de Frías. Su misión, junto a la insignia de la provincia, es escoltar al majestuoso pabellón nacional que saluda a quienes entran a Santiago. Así se lo encomendó su creador, Jaime Riviere, un 13 de septiembre de 2000 cuando diseñó la bandera de la ciudad de Frías, con 15 años de edad.
A dos décadas de aquel sublime concurso escolar, el ex alumno del Colegio Inmaculada Concepción homenajeó a su creación como parte del 146° aniversario fundacional de la “Ciudad de la Amistad”. El decreto que legitima la creación es el N° 505/00 serie G. Jaime tiene un hermano mellizo que se llama Juan y los siguen Andrés (de 32), María Paz (31) y Florencia (26). Actualmente su familia se compone por su esposa Damari Romero y su pequeña hija Yvonne de 8 meses.
¿Cómo surge Frías en tu vida?
Nosotros somos de Laprida (provincia de Buenos Aires) y mi padre tenía una actividad relacionada con el campo. Salió la posibilidad de cuidar un campo en Santiago del Estero. Cuando él visitó la zona, le gustó Frías y nos anotó directamente en el Colegio Inmaculada Concepción, es así como llegamos a Frías en mayo de 1998.
Volvamos a ese día en el que creaste la bandera…
“Recuerdo que cerraba la convocatoria de la municipalidad y la preceptora Adila de Lamadrid me insistió “Jaime a vos que te gusta dibujar, por qué no te presentas”. Me entusiasmé y cuando salí de la escuela, me fui hasta casa hice el dibujo, corrí hasta la casa de Eduardo Picco, un compañero que tenía “compu”, escaneamos, imprimimos y como estaba cerrada la Casa de la Cultura, llevé el dibujo hasta la casa de la encargada sobre la hora.
Días después cuando regresaba del colegio con un amigo mi hermano más chico me encontró una cuadra antes de casa para decirme que el intendente (en ese entonces Humberto Salim) llamó para avisarme que era el ganador del concurso y que me esperaban en la municipalidad. Cuando me dicen que mi diseño de bandera iba a ser la insignia que identificará por siempre a Frías, yo no lo podía creer, estaba muy feliz”.
¿Qué te motivó llegar a ese diseño?
“Los colores rojo y verde (símbolo del amor y la esperanza) los elegí porque estaban entre los que mayormente utilizaba y me parecieron adecuados para significar estos estados en gente. El sol (la meta anhelada) es un elemento que se representa en todas las banderas, debía estar presente y las manos entrelazadas (símbolo de paz y de unión para los pueblos) es lo que me tendieron cuando llegamos a Frías. El trabajo era algo que quería representar, por eso utilicé un engranaje para simbolizarlo. Me pareció que el centro de la bandera quedó bastante fuerte. La veo hoy, a 20 años de su creación, y creo que está a la altura de ser una bandera”.
Una obra que señaló un camino
Más allá de la felicidad, Jaime supo que ese día más que una vocación había encontrado un camino hacia su profesión en el arte del diseño y la creatividad, el que pudo plasmar varios años después cuando regresó a su tierra natal, pero ese emblema aún lo conecta con Frías, a la que siempre quiere regresar.
¿De qué manera influyó en vos la bandera?
“Tan fuerte fue, que me terminó de convencer que quería ser diseñador gráfico, porque siempre tuve atracción por el dibujo. En el colegio lo sabían, dibujaba en los delantales de los compañeros y en los ratos libres confeccionaba alguno en las carpetas de mis amigos; hasta el que se quebraba me pedía le dibuje en el yeso (jajaja). Yo sabía que me gustaba eso y el diseño de la bandera me terminó de decidir a perfeccionarme”.
“La carrera de diseño me llevó seis años poderla cursar en la ciudad de La Plata, porque trabajaba y estudiaba. Desde 2011 tengo mi pequeña empresa de diseño, he realizado trabajos para distintos lugares de Argentina; además trabajo en la municipalidad de mi ciudad, en la parte de comunicación”.
¿A 20 años, este emblema, sigue conectándote con Frías?
“Absolutamente. Tengo contacto con varios amigos de Frías que me tienen presente y permanentemente me etiquetan recuerdos sobre esta creación. Lo que no deja de asombrarme y enorgullecerme saber que la bandera es un sello de identidad para los frienses adentro y afuera de la ciudad y es muy lindo haber dejado una huella en la rica historia de Frías”.
¿Imaginas un regreso a esta ciudad?
“Claro que sí. Siempre me imagino pasando por esa rotonda tan característica donde está el Monumento a la Bandera Argentina y poderle contar a mi hija que la bandera de Frías que allí flamea estuvo en mi imaginación cuando tenía 15 años, será maravilloso. Volver siempre fue una materia pendiente, los primeros años que regresamos a Buenos Aires me llegaban las invitaciones para participar del acto central y como siempre coincidía con fechas de finales en la facultad, o por trabajo, nunca se pudo dar el regreso. Conservo el contacto con mucha gente que me gustaría volver a ver, que inclusive conozco a sus familias; con decirte que en mi cuenta de Facebook tengo más amigos de Frías que aquí y me pasa que siempre para esta época alguno me agrega”.
¿Cuál es tu reflexión a 20 años de la creación de la bandera de Frías?
“Me gustaría que la gente de Frías tenga presente que los valores que un chico de 15 años quiso transmitirles en la bandera es el reflejo de lo que sentía en ese momento de estar allí y es lo que deseo para adelante. Con quienes hablo del tema siempre digo que la gente de Frías ha sido muy amigable y muy amorosa con nosotros; en el poquito tiempo que estuvimos nos han pasado cosas muy fuertes y la gente de Frías fue de mucho apoyo. Es por eso que ese amor que se refleja en una parte de la bandera es lo que les he querido transmitir porque es algo que constantemente he sentido es por eso que una parte de mi vida estará siempre en Frías”.