Odisea de dos niñas en Quebrachos, “presas” del frío, en un lugar donde reinan chanchos del monte Odisea de dos niñas en Quebrachos, “presas” del frío, en un lugar donde reinan chanchos del monte
Tiritando de frío, acostadas en los yuyos, Camila y Luciana fueron socorridas por medio centenar de “amigos” del pueblo, rescatando a sus padres del susto más grande de sus vidas.
El centro del desasociego y algarabía fue el paraje Laguna del Monte, distante 60 kilómetros de Sumampa, Quebrachos, y 30 km de Sol de Julio, Ojo de Agua.
Las protagonistas: Camila, de 6 años, y Luciana Leiva, de 9, hijas de Vanesa Silva y Alberto Leiva.
“Nosotros habíamos salido a comprar mercadería en Sumampa. Las chiquitas quedaron con mi padre, Aldo Crespín, y la hermana mayor, Ivana, de 11 años”.
La voz del padre destila alegría, tristeza y gratitud al pueblo.
Perplejidad
En diálogo con EL LIBERAL, Alberto relató que casi a las 17, Aldo y las tres nietas fueron a los corrales de cabras y ovejas, a 25 metros de la casa.
El hombre ignora cómo y por qué, “Camila y Luciana fueron a ver a las ovejas. Se apartaron de Ivana y mi padre y no sé más...”.
Después de alimentar a los cabritos, Ivana y Aldo volvieron al hogar, a la espera de las dos niñas.
Pasó una hora y luego la espera generó susto y perplejidad.
Mientras el sol se ocultaba en el horizonte, un mensaje por whatsapp alertó a todo el pueblo y casi a las 20 se organizaron 4 grupos.
Cadena de favores
La solidaridad de toda la gente fue conmovedora. “No pedí nada. Pero todo el pueblo nos ayudó”, destacó Alberto muy emocionado.
“Trabajaron los Torres, Díaz, Silva, Caro, Báez, Mendoza, Acuña, Farías, Molina, Sanabria”, dijo.
Cuatro grupos surcaron los caminos oscuros, cuidando de no generar huellas y falsas pistas.
Con algunos cantando, otros gritando, también muchos iluminando el sendero, antes de las dos de la mañana sobrevino el milagro.
“‘Yingo’ Jaime y ‘Pucho’ Torres me dieron la inmensa emoción al encontrar a mis hijas”, ahondó Alberto.
“Pobrecitas, estaban con mucho frío. Una llevaba puesta una calza y remerita y otra una camperita fina. Parece que ya dormían”.
Alberto añadió que Luciana apenas alcanzó a decirle: “Pensé que nos iban a buscar mañana y nos acostamos a dormir”.
Hospital y suero
Urgente, fueron alertadas las comisiones policiales de Sol de Julio, Sumampa y Ojo de Agua.
La ambulancia de Sol de Julio apareció en minutos y los enfermeros condujeron a las niñas al hospital.
“Les pusieron suero por el frío y les dieron el alta a las 18. No hablé nada de lo ocurrido, porque no queremos ponerlas mal. Pero estamos felices”, acotó.
El hombre confesó que aún optimistas, no obviaba que en la región abundan los chanchos del monte.
“Caminábamos y veíamos algunas huellas de esos bichos. Fueron los 12 kilómetros más infinitos de mi vida. Recién cuando las hallamos pude desahogarme, agradecerle a Dios, al pueblo, a los médicos y a la policía”, enfatizó.
Su madre fue socorrida en ambulancia por un desmayo
Las nenas asisten a la escuela de La Trampa, distante 12 kilómetros de su casa, en Laguna del Monte. “Camila va al 1° grado y Luciana a 6°”, subrayó Alberto.
“Antes del Covid-19 las llevábamos en moto cuando hacía calor, o en auto con el frío. Eran 24 kilómetros todos los días. Pero les gusta la escuela”, resaltó.
El hombre agregó que sus hijas son muy alegres. “Lo bueno de esta experiencia es que jamás tuvieron miedo, desesperación o angustia. Mi mujer estaba aterrada. Ni bien nos contaron que estaban desaparecidas, los enfermeros la tuvieron que atender cuando se descompensó”, manifestó.
Después de la intervención médica, Vanesa Silva sólo se aferró a la esperanza y a Dios. “Ni se imaginan cuánto lloró de felicidad cuando aparecieron nuestras hijas”, sintetizó.