Con siete detenidos, buscan al cómplice que se llevó el botín del atraco a Servisur Con siete detenidos, buscan al cómplice que se llevó el botín del atraco a Servisur
Los siete integrantes de la presunta banda de policías ladrones que robaron $2.500.000 a empleados de la firma Servisur, empezarán a ser indagados hoy, desde las 9 de la mañana, aunque los investigadores no descartan más detenciones por el atraco, en el que usaron armas para llevarse tres bolsos con el dinero que estaba destinado al pago de combustible para abastecer a cuatro estaciones de servicio.
El grupo detenido estaría compuesto por cinco efectivos y dos civiles, a quienes el fiscal Mariano Gómez acusa de alzarse con el dinero, el martes 12 a la mañana, en la intersección de Dorrego y 24 de Septiembre. Un octavo delincuente habría podido salir de la provincia y sería quien tiene en su poder el dinero, según trascendidos de la investigación.
Cargos durísimos
Prima facie, hay una danza de imputaciones que el fiscal anunciará hoy a los individuos. “Robo calificado agravado, en poblado y en banda”, más “tenencia y uso de armas de guerra”, con el agravante de que el golpe fue perpetrado por “funcionarios policiales”. De llegar a juicio, pueden ser condenados con mínimas de 5 y máximas de 15 años de prisión, dijo un experto en Derecho.
El Código Penal es preciso en su artículo 166, incisos 2° y 3°: “Se aplicará reclusión o prisión de 5 a 15 años, si el robo se cometiere con armas, o en poblado y en banda.
Si el arma usada fuera de fuego, la escala penal prevista se elevará en un tercio en su mínimo y en su máximo. Si se cometiere el robo con un arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada, o con un arma de utilería, la pena será de 3 a 10 años de reclusión”.
Los defensores
Ya hay varios abogados con el poder respectivo.
César Barrojo, Martín Jiménez Soria, Gilberto Perduca, Jorge Navarro, Daniel Ingrata y representantes de la defensa oficial.
La estrategia defensiva se iniciará hoy, pero anoche deslizaron que la consigna dominante de los letrados es que sus defendidos se abstengan de declarar.
Después de que sean llevados ante el fiscal, los abogados buscarán vías para hacerlos despegar, aunque también es cierto que la Fiscalía hoy les mostrará las pruebas en su contra.
“Zarandearon” aguantaderos y hasta allanaron un carrobar
Uno de los policías detenidos tendría familiares ligados a un carrobar también allanado, ubicado en calle Sarmiento hacia el oeste de la ciudad. Un investigador manifestó que en pleno “zarandeo” de aguantaderos, los policías allanaron al menos una docena de casas, entre Capital y Banda.
En un carrobar muy conocido los policías buscaron datos para la causa, sobre todo para dar con el dinero que fue obtenido en escasos 5 minutos de terror durante el asalto en Dorrego y 24 de Septiembre.
Sin embargo, cayeron más sospechosos, pero el botín continúa bien lejos de la Justicia. Las sospechan indican que el octavo miembro de la banda, habría escapado de la provincia y se habría llevado consigo los tres bolsos con la plata. Este prófugo sería un efectivo policial en actividad.
Otro aspecto no menos trascendente es que la Fiscalía debe peritar ahora las armas reglamentarias, a fin de indagar si se hicieron disparos en los últimos días.
A diferencia de un civil común, los policías saben de antemano que lo básico en un robo es desprenderse del arma.
Los casi $ 2.500.000 no aparecen y decae el optimismo
El dinero literalmente “desapareció” y la Fiscalía sospecha que aún hay eslabones sueltos, léase cómplices confiados en el silencio de los siete detenidos.
Condicionado por el tiempo, que corre a favor y en contra de los imputados, el fiscal reconstruyó el fin de semana el golpe armado, pero antes de que la camioneta EcoSport le cerrara el paso al remís en el que se conducían el contador y el empleado de la empresa Servisur, con el dinero para el pago de combustible destinado a cuatro estaciones de servicio.
Tratándose de un golpe de gente “pesada”, los policías se valieron de tecnología para nutrirse de los diálogos previos al martes, más contactos del bajo mundo que siempre tiran datos que la policía hoy califica de vitales.