Hermanitas de 8 y 10 años confesaron en un merendero que las viola el cuñado

Un maquinista de una empresa constructora cayó detenido, sospechado de ultrajar sexualmente a las hermanitas de su novia, de 8 y 10 años.

El sorpresivo procedimiento fue requerido por la fiscal Belkis Alderete, tras la denuncia de la madre de las chiquitas.

El prólogo sobrevino en un merendero, al que asisten las hermanitas hace largos meses.

Sus miradas al piso y cabellos raídos sorprendieron a las cocineras, quienes comenzaron a indagar en el porqué.

Primero, la nena de 10 años habría revelado que el novio de su hermana, de 19 años y él de 25, “abusa de mi hermanita”.

Los empleados indagaron más en profundidad y establecieron que a su hermanita le pasaba lo mismo.

En 24 horas, los responsables pusieron al tanto a la mamá de las chiquitas, quien interpuso la denuncia en la policía.

Ante la pesadilla que padecían las nenitas, la fiscal prefirió no esperar y ordenó la aprehensión del acusado.

El tema era complejo, ya que el sujeto reside en la misma casa junto con las chiquitas.

Hoy todo asoma relativo, tanto o más como que la novia del individuo ignorase su vida paralela y los ataques sexuales.

‘Abuso sexual simple agravado por la convivencia preexistente’ es la imputación provisoria que le enrostró la Fiscalía.

Bien temprano, hoy un equipo de profesionales recibirá a las niñas, a puertas cerradas, junto con la fiscal, querellante y el defensor del cuñado.

Alderete necesita establecer si las menores fueron accedidas, o se trató de manoseos.

Después, las chiquitas serán asistidas por los médicos del Poder Judicial, a fin de determinar qué “hablan sus cuerpos”.

Penalmente, el trámite puede definir entre un proceso en libertad, o bien detenido.

Allí se jugaría todo la defensa, resuelta a que en el peor de los escenarios su cliente sea imputado por “abuso sexual simple”.

El querellante, Luis Palavecino, señaló que interpondrá múltiples escritos, “en pos de garantizar el respeto de los derechos de las nenas”.

El letrado asiste a la denunciante, quien carece de recursos y habría llegado al extremo de solicitar permanencia cotidiana en el merendero, trascendió.

Pese a que Palavecino pidió prudencia y esperar el riguroso filtro médico, se sabe que las chiquitas atraviesan un cuadro delicado y hablan muy poco.

Colaboración

Palavecino es partidario de la intervención de asistentes sociales, que trabajen también en el barrio e indaguen sobre el día a día de las hermanitas.

Ambas tendrán contención psicológica desde ahora. El enigma también radica en la relación que viene entre las niñas y la hermana mayor, cuya pareja fue apresada y ahora enfrenta un proceso grave privado de la libertad.

La querella pedirá protección y vigilancia para las hermanitas, ya dentro del contexto familiar.