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EL LIBERAL . Santiago

El funcionamiento del dolor

04/08/2019 00:48 Santiago
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El funcionamiento del dolor El funcionamiento del dolor

Hace años ya que quedó obsoleta la idea de que la percepción del dolor dependía únicamente de un daño físico, en el que los receptores de la zona afectada enviaban señales al cerebro y simplemente se sentía dolor. La insuficiencia de esta teoría para explicar dolores como el del miembro fantasma o trastorno facticio (cuando una persona pierde un miembro del cuerpo, pero sigue sintiendo dolor en esa zona pese a que ya no está), hizo que el mundo de la ciencia se movilizara para encontrar respuestas a la pregunta de por qué sentimos dolor las personas. Uno de los hallazgos más significativos es el de Ronald Melzack, que dio lugar a la teoría de la neuromatriz. Esta teoría explica que la difusión del dolor y la transmisión del mismo por el organismo se debe a un complejo sistema en el que intervienen diversas áreas del sistema nervioso central y periférico, sistema nervioso autónomo y sistema endocrino, influenciadas directamente por varios factores psicológicos, emocionales, genéticos y sociales. Esta idea es posterior a la que formularon en 1965 el propio Melzack y Patrick Wall, llamada la Teoría de la Puerta de Control. Según esta teoría, el dolor se compone de tres dimensiones:

Sensorial o discriminativa: son las propiedades físicas del dolor.

Motivacional o afectiva: relativa a los fenómenos emocionales del mismo.

Cognitiva o evaluativa: en referencia interpretación del dolor en función de aspectos atencionales, experiencias previas, el contexto sociocultural, entre otros.

En otras palabras, la percepción del dolor no es directa, sino que existe una modulación del mensaje a nivel de la médula espinal. Para poder sentir el dolor es necesario que el cerebro reciba el mensaje. Esto implica que para experimentar dolor es necesaria la llegada de esta información, pero antes de llegar a su destino, existe una puerta de entrada que, según si se abre o cierra, el dolor se siente o no. La puerta de control depende de los factores físicos, emocionales y cognitivos.

Los tipos de dolor que existen

En función de la duración

Según su duración, el dolor puede clasificarse de distintas maneras.

1. Agudo

Este tipo de dolor actúa como advertencia de un dolor real o inminente, es de corta duración y contiene un escaso componente psicológico, ya que no da tiempo a pensar en él y en las implicaciones de aquella lesión que lo causa. Un ejemplo es el dolor que surge tras una contusión o una fractura musculoesquelética.

2. Dolor crónico

El dolor crónico es el que dura más de seis meses. La prevalencia de este tipo de dolor en las poblaciones es aproximadamente del 20%. Se acompaña del componente psicológico, ya que además de ser una experiencia desagradable de por sí, es un recordatorio constante de que hay ciertas partes del cuerpo que están fallando o que no funcionan tal y como deberían. Es, por ejemplo, el dolor que sufren los pacientes con cáncer.

En función de la fuente del dolor

Según la fuente, el dolor puede ser:

3. Dolor físico

El dolor físico es una sensación dolorosa que realmente existe en alguna parte del cuerpo. Puede ser consecuencia de un ligero golpe o un traumatismo de gravedad (por ejemplo, de una rotura), de una mala postura o por una enfermedad. Algunos ejemplos son: el dolor de espalda o el dolor de muelas.

4. Dolor emocional

El dolor emocional es una experiencia subjetiva en la que la persona tiene una herida que nadie ve. Las causas pueden ser diferentes: una ruptura de pareja, un cambio de ciudad, el despido de un trabajo... Independientemente de la causa, tiene su origen en no saber gestionar el cambio de vida y por no disponer de los recursos necesarios para afrontar la nueva situación.

5. Dolor psicológico

El dolor psicológico puede parecer lo mismo que el dolor emocional, pero no es exactamente así. El dolor psicológico es el que conoce como somatización del dolor, que tiene su origen en un estado emocional de estrés, ansiedad, tristeza, etc., y se refleja a nivel a nivel físico o en forma de enfermedad.

En función de la patogenia

Según la patogenia, el dolor puede clasificarse en los siguientes.

6. Neuropático

El dolor neuropático es un dolor punzante, quemante y suele caracterizarse por la sensación de aumento del dolor producido justo después de la lesión. Su causa es un estímulo directo en el SNC o una lesión en las vías nerviosas. Algunos ejemplos son: la neuropatía periférica post-quimioterapia o la compresión medular.

7. Nociceptivo

Es el más común. Ocurre por la estimulación de un sistema nervioso intacto que funciona normalmente. Es un tipo de dolor beneficioso para el organismo ya que se trata de una acción protectora para evitar daños mayores y proceder a la reparación del tejido y a su regeneración. Existen de dos tipos: somático y visceral.

8. Psicógeno

A diferencia de los dos anteriores, su causa no es la estimulación nociceptiva ni la alteración neuronal, sino que su causa es psicológica. Algunas variables psíquicas que influyen en este dolor son ciertas creencias, miedos, memorias o emociones. Es un dolor real y, por tanto, requiere tratamiento psiquiátrico y neuropsicológico de la causa.

En función de la localización

Dependiendo de la localización, el dolor se clasifica en:

9. Somático

Ocurre por la excitación anormal de nociceptores somáticos en la piel, músculos, articulaciones, ligamentos o huesos. El tratamiento incluye la administración de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como parte de erradicar el dolor somático por vía farmacológica.

10. Visceral

Se produce por la excitación anormal de nociceptores viscerales, y puede afectar zonas alejadas al lugar donde se originó. Los cólicos, el dolor de la metástasis hepáticas y cáncer pancreático son ejemplos de este tipo de dolor. Para su tratamiento se emplean opioides.

En función de la intensidad

Según su intensidad, el dolor puede ser:

11. Leve

Es el dolor menos intenso. La persona con este tipo de dolor puede realizar actividades cotidianas. El dolor puede llegar a ser tan bajo que bajo ciertas circunstancias no es percibido y “desaparece” totalmente simplemente a causa de las distracciones o de una correcta gestión del foco atencional. Por ejemplo, en muchos casos la inflamación de las encías produce un dolor leve (sin que eso quite que pueda llegar a convertirse en un problema grave si va a más).

12. Moderado

Un dolor con cierta intensidad que interfiere con las actividades cotidianas, si bien no incapacita totalmente a la persona y por lo general esta puede seguir teniendo una vida autónoma en mayor o menor medida. Requiere de tratamiento con opioides menores.

13. Severo

Es el dolor más intenso. No sólo interfiere con las actividades cotidianas, sino también con el descanso. Su tratamiento requiere opioides mayores e incapacita tanto a la persona que la hace depender de terceros, ya sean amigos, familiares o cuidadores.


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