Cómo es el entrenamiento entre la escuela y el trabajo Cómo es el entrenamiento entre la escuela y el trabajo
Mónica hace casi un cuarto de siglo
que trabaja en Asaim, Camino de Esperanza,
una de las instituciones que impulsa
la formación de personas con síndrome
de Down para su inserción en empresas
que permitan realizar pasantías
de entrenamiento laboral .
En Asaim, se desempeña en el Servicio
de Formación Permanente para adultos,
una instancia en la cual luego de haber
transitado por los ámbitos escolares
y pedagógicos, se los empieza a formar
para su vida adulta, como una persona
autónoma y como trabajador.
En esta etapa, “se le brinda todo el
entrenamiento que implica cumplir horarios
y prepararse para la vida laboral.
Esto se lo hace en la escuela y una vez
que lo consideramos apto para una pasantía,
esa es la única posibilidad que le
da la escuela como herramienta laboral,
en el cierre de su trayectoria educacional”.
Agregó que “los jóvenes hacen estas
pasantías siempre bajo la mirada del ministerio
de Educación, pero la idea está
en que las empresas tomen conciencia
de esto y los asuman como trabajadores
de su empresa.
o obstante, si eso
no sucede, al menos tenemos un espacio
donde los chicos puedan experimentar
en el mundo laboral, algo que no siempre
lo tienen”.
Respecto de la modalidad de las pasantías
laborales, señaló que “son por lo
general de 3 meses que se pueden prolongar
si el alumno ve que funciona, por
todo el año lectivo.
Algunos como Sergio
Garay ya llevan 3 pasantías realizadas.
Primero estuvo en una tarjeta de servicios
de salud, haciendo tareas administrativas
por 3 meses, luego en la chocolatería
Kakaw y ahora en Súper Nataly
porque también hay que contemplar las
capacidades y deseos de los alumnos
porque la pasantía va a funcionar siempre
y cuando el perfil del alumno encaje
dentro de ese puesto laboral”.
El período de entrenamiento en la escuela,
va delineando cuál será el perfil en
el que cada joven podrá encajar luego, si
se presentan oportunidades de pasantías
en empresas.
“Se va viendo en el trayecto de entrenamiento,
el perfil. Por ejemplo, un
chico que estuvo en panadería también
estuvo en una chocolatería de pasante.
Una jóven estuvo de ayudante en una sala
de jardín de infantes y vamos a integrar
otra en una sala de jardín de infantes
municipal y una tercera, en la portería
de un colegio. Tenemos alumnos ya
trabajando que están en la Defensoría
del Pueblo y en Fiscalía, ellos ya dejaron
de ser nuestros alumnos y pasaron a ser
empleados públicos”, indicó.
No obstante, la mayoría de las veces
hasta ahora, la posibilidad de una continuidad
laboral se cierra al finalizar la pasantía
en el ámbito privado. “El salto de
la pasantía a empleados, hasta ahora no
se ha podido concretar”, indicó Mónica.
Añadió que “quedamos en la pasantía
que, de por sí, ya agradecemos enormemente
a los propietarios de las empresas
que nos dan este espacio pero, no está
aún la conciencia que ese alumno pueda
llegar a ser un empleado por desconocimiento,
temor, pese a que hay un montón
de leyes que avalan el empleo con
discapacidad pero nosotros ahora los insertamos
con nuestro seguro escolar,
con nuestro seguimiento y eso le da una
tranquilidad al propietario porque saben
que el respaldo de la escuela, lo tienen”.
Respecto de cómo son las jornadas
laborales, indicó que “según el alumno
van entre 2 y 4 veces por semana. Hay
un día que se los continúa formando en
la escuela, según la pasantía que tengan
pero por lo general son 4 días a la semana
que van al trabajo. Son 4 horas y en el
horario de la escuela porque hacemos un
seguimiento a través del cual vamos soltándolo
gradualmente para que se trasladen
por cuenta propia, para que puedan
circular por la calle sin problemas,
eso se va trabajando no solo lo laboral”.
Hasta esta semana, desde Asaim lograron
conseguir 3 pasantías laborales.
Una en el supermercado Nataly, otra en
el comercio de motos Yuhmak y una tercera
en la panadería Mi Luna en La Banda.
Pero hay otros 3 jóvenes mas que
comenzarán en las próximas semanas en
otros negocios. “La próxima alumna ingresa
como portera en un colegio, otra
en un jardín de infantes municipal y una
tercera alumna ingresará en una chocolatería.
Estos han sido espacios donde
nos han dado muchas posibilidades para
que los alumnos vayan experimentando.
Por ahora son 6 chicos, el año pasado
eran 5”, agregó.
Mónica, puntualizó que a las empresas
que se van abriendo hasta ahora a la
posibilidad de una pasantía, se llega por
referencia. “Siempre hay alguien cercano
que habla para conseguir estos lugares.
No todas las empresas lo permiten,
pero cuando lo experimentan no cierran
sus puertas, la siguen dejando abierta
para que los próximos años vayan otros
a hacer pasantías y eso lo vemos que,
una vez que toman el riesgo no vuelven
atrás”, indicó.
Destacó además que “en el ámbito
laboral hay un porcentaje de empleos
destinado para personas con discapacidad
pero esto no se cumple en los organismos
públicos ni en la parte privada,
sin saber que a partir de esto, tienen una
gran cantidad de ventajas en lo impositivo,
el tener en su plantel personas con
discapacidad”.