Los Quiroga se vuelve refugio de especies exóticas y en peligro de extinción Los Quiroga se vuelve refugio de especies exóticas y en peligro de extinción
"Dirán que es un cuento, pero
fueron tantas las veces que
nos pasó, que ya casi lo damos
por hecho; la naturaleza materializa
sus creaciones y las coloca
en el camino de los que la
estudian, comprenden y la valoran”,
arranca su posteo en
su blog el bandeño José Luis
Navarro, observador de aves
y uno de los propietarios de la
Reserva “Los Corbalanes”, lugar
donde inició junto a otros
entusiastas de la conservación
de la naturaleza la observación
y documentación de la flora y
fauna de Santiago del Estero.
Navarro tuvo el privilegio
de fotografiar un pato llamado
Media Luna, por la mancha típica
detrás de su pico en forma
del satélite de la Tierra,
exótico para estas latitudes y
cuyo hallazgo causó un revuelo
entre los expertos que se dedican
a la ornitología, la observación
de aves y el seguimiento
de su comportamiento, como
una manera
de aportar a
su mejor conservación.
Entre otras cosas, revelaron
a EL LIBERAL que la disminución
de humedales en el
mundo que puedan albergar
aves migratorias con buenas
posibilidades de refugio y sustento,
multiplican la trascendencia
de lugares como nuestro
querido dique Los Quiroga,
receptáculo habitual de las
ansias pesqueras de familias
y grupos de amigos que buscan
en sus aguas alivio al calor
en nuestros tórridos veranos
y algún bagre o boga para
la parrilla casi todo el año. Quizás
éste sea un buen momento
para empezar a mirarlo con
otros ojos.
Casi poéticamente, Navarro
considera que no es casual
que su pasión les “regale el nacimiento
del kakuy (Urutaú común),
no es casual que en Los
Corbalanes, donde nosotros
cursamos y desempeñamos
la vasta tarea de preservar y
educar, se cruce la distribución
de dos especies de Martinetas.
No es casual que semanas
antes de trazar nuestro
objetivo, veamos y registremos
el ejemplar que buscamos
y no es casual que frente
a nuestras narices se pasee
un ave tan extraordinaria como
exótica como el pato Media
Luna(Spatula discors)”.
“Ya convencidos de que
la perseverancia, la continuidad,
el trabajo (por así
decirlo) sea de constante
gratificación, cada salida un
premio, cada oportunidad el
mayor de los placeres entregado
a nuestra merced, nosotros
los que luchamos incansablemente
en defensa
de todos los ecosistemas
de la provincia, proporcionamos
el conocimiento minucioso
y sencillo para que
las personas y en especial
los niños y jóvenes aprendan
la vida natural.
Hacemos
este trabajo porque nuestra
sociedad debe enmarcarse
dentro de las leyes
que resguardan los recursos
naturales como patrimonio
de todos y nada que de
ella provenga, aun con pensamientos
contrarios debe
ser privado. Son bienes comunes
a los hombres todos,
para disfrutarlos y compartirlos
entre todos”, sostiene,
argumentando el porqué
de dedicarle tanto tiempo a
esta actividad.
Tremendo interés
Sobre la atención que causó
la aparición del pato, Navarro
señala: “El registro de esta
especie, hizo que el mundo
que se dedica a observar aves
y estudiarlas, pusiera los ojos
sobre Santiago del Estero, en
particular en el dique Los Quiroga.
Por eso después que salió
la publicación de esta especie,
en nuestra página, la subimos
a las plataformas digitales,
de Ecoregistros (Argentina)
y de Ebird (internacional),
muchos ornitólogos y observadores,
se pusieron en contacto
con nosotros.
La registramos
el domingo 29 de julio
y el martes ya se hicieron presentes
amigos de Córdoba y el
fin de semana anterior vinieron
ornitólogos de Buenos Aires y
del resto del país”.
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“El interés surge, porque es
una especie muy poco observada
y de escasos registros en
el país. Nos visitaron el martes
y pasamos un grato momento,
con muchas anécdotas los
amigos Fabricio Gorleri, Ulises
Ornstein, Andrés Terán, Martín
Toledo y Juan Klavins”, agrega.
También pone el acento
en la necesidad de control de
la zona: “Somos conscientes
de que la zona es frecuentada
por cazadores furtivos, sobre
todo los fines de semana,
el lugar es un dique y debería
estar protegido, según dice la
ley, pero la protección es nula,
esperamos que los organismos
pertinentes, tomen cuenta
de esto, sepan frecuentar el
lugar para ahuyentar a los cazadores”.
En el final, fiel a sus principios
y convicciones, expresa
a modo de invitación colectiva:
“Viendo las imágenes
de esta especie y del lugar,
podemos elevar el pensamiento
para concluir en la única
posibilidad que tenemos de
ser protagonistas de preservar
sus hábitats”.