Buscan ADN en 6 vainas y rastrean la pistola del crimen del mecánico Buscan ADN en 6 vainas y rastrean la pistola del crimen del mecánico
Ante la aunsencia de pistas claras por parte de los testigos que declararon hasta el momento, la Fiscalía se apresta a enviar a Salta las 6 vainas servidas que se hallaron en la escena del crimen en busca de un posible ADN que la conduzcan al asesino del mecánico Eduardo Móttola.
A una semana del homicidio, la fiscal Aída Farrán Serlé acudirá al Gabinete de Ciencias Forenses, esperanzada en que los peritos descubran el ADN del asesino.
Las 6 vainas han sido secuestradas en el taller, después de perpetrado el homicidio del mecánico con 5 disparos desde una distancia no mayor a los dos metros.
Hipótesis
La investigación hoy gira en torno a 2 hipótesis: un crimen pasional o un ajuste de cuentes por algún problema de drogas que le vino de rebote.
A tal fin, hay una decena de policías e instructores indagando en la memoria de varios testigos. Asimismo se busca en el submundo de la delincuencia, ya que la impronta del asesino tal vez resulte familiar a alguien.
Puertas adentro de Fiscalía, los instructores de Farrán Serlé interrogan a familiares, amigos, amigas, vecinos y conocidos.
Hasta hoy, la mayoría aportó anécdotas "familieras" de Móttola.
Finanzas
Asimismo, otros investigadores (contadores) monitorean el "Debe" y el "Haber" con las finanzas del mecánico, sin que hayan surgido desacoples o nebulosas sugestivas.
Por donde se la contemple, la tragedia de Móttola destila el inequívoco sello de una cuestión personal.
El homicida arribó al taller, a sabiendas de que Móttola se aprestaba a cerrar el local.
Nadie escuchó discusión, ya que la pistola "vomitó" 6 disparos, de los cuales 5 dieron de lleno en la humanidad del hombre.
Los plomos fueron mortales al impactar en pulmones y centro del pecho.
Ello, más la inmediata hemorragia, precipitó la muerte en escasos minutos, sugirieron los médicos en la escena y luego la junta ordenada por la fiscal.
Errores en anónimos
Los policías no le pierden pisada al segmento de sospechosos. Conjeturan que ningún homicida es infalible. Hasta dar con el dato preciso, los policías incomodarán con visitas a barrabravas, amantes de carreras de autos, albañiles y vecinos celosos.
La presión, juzgan, terminará por exponer al sujeto que llevó orfandad al hogar de los Móttola.