"Copla": peñas, nuevo disco y compromisos "Copla": peñas, nuevo disco y compromisos
¿En qué estado se encuentra el proceso creativo del nuevo disco?
Está listo. Se está mezclando. Yo creo que en un par de meses va a estar saliendo. Es un disco con el que estamos muy contentos. El valor agregado a este disco es la inclusión de la banda con la que estamos tocando. Tenemos un sonido muy enriquecido tímbricamente por estos amigos con los que estamos tocando desde hace más de dos años.
¿Prevalece el sonido que identifica a Coplanacu?
Sí. Eso es lo que nos tiene contentos y tranquilos porque no es un sonido distinto al de Los Copla sino que es un sonido muy enriquecido, es un sonido mucho más profundo y más maduro con la inclusión de estos otros instrumentistas.
¿Se puede adelantar algunos de los temas?
"De La Banda a Santiago", "De los montes de mi vida", "La nochera", "Pachamama", "Sacha puma", "Madrecita de Huachana" (el autor es Roberto), "Piedra" (Cantos es su autor), "El tenido", "Lucero Cantor", "La catamarqueña", "Sacha puma" y "La quisquillosa". A algunos de estos temas ya lo estamos tocando, tal como lo haremos en la peña de los Coplanacu que presentaremos este sábado 14, en Santiago.
¿Qué representa volver a un espacio, como las peñas, en donde ustedes nacieron artísticamente?
El de las peñas es nuestro espacio. Con el correr de los años se transformó en un espacio en el que mejor podemos armar un encuentro de complicidad con la gente y eso es lo más importante.
¿Qué evocas de esos primeros tiempos, de peña en peña, cuándo con Julio Paz iniciaste el camino del Dúo Coplanacu?
Lo que más recuerdo es que los espacios eran más bien chicos y la danza no estaba tan presente. La forma de participación de la gente tenía que ver más con corear los temas que con bailar o participar tan activamente como en estos tiempos. Hemos tenido la tremenda fortuna de poder ver esa transformación y de poder también aportar nosotros nuestro granito de arena para que las peñas tengan la intensidad, la profundidad y la identidad que hoy tienen.
¿Qué sensaciones te embargan, a más de treinta años de carrera, de aquellos silencios de la gente cuando los escuchaban cantar en las peñas a este presente de inte ractuación con el público?
Uno ha ido madurando con todo eso. Nosotros estábamos como acostumbrados a que no vuele una mosca cuando cantábamos en espacios más bien íntimos. Cuando fuimos creciendo artísticamente, digamos, fuimos ampliando el público. Ya la escucha era otra. Iba la familia. Fuimos adaptándonos a eso. La verdad es que disfrutamos mucho cuando la gente va y se hace dueña de la peña y participa como se le ocurra: cantando, escuchando, saltando, bailando
¿Cómo viven hoy ser referentes de nuevas generaciones?
Nosotros, por un lado, tenemos la misma sensación casi que cuando empezamos, de que esto es un camino en el que uno nunca llega a ninguna parte, que no se termina nunca, donde lo único importante es caminar, precisamente, sin tener que llegar. Vemos, en base al tiempo que ha transcurrido, que estamos ocupando espacios más o menos importantes. Lo de referente lo vemos muchos más con un costado afectuoso por parte de los músicos jóvenes que como una referencia artística. Creemos que cada uno tiene su propio camino, su propia construcción. "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."
Y en ese andar ¿qué descubrieron, qué consolidaron?
En ese camino hemos ido encontrando que no hay una búsqueda sino que está lleno de pequeños encuentros: conocer gente, conocer músicas, abordar pueblos y regiones diferentes. Por suerte, hemos tenido la fortuna de estar siempre atentos a los aprendizajes que nos posibilitaba todo este camino. Nuestra búsqueda está colmada de pequeños encuentros, sigue siendo así y es el gran motor que nos guía.
¿Tu búsqueda personal está íntimamente ligada a Coplanacu?
Mi propia búsqueda tiene mucho que ver con Coplanacu, pero también tiene que ver con la familia, con la historia y con una misión o como un rol que uno tiene como cantor que intenta ser popular, esto de intentar traducir a la gente de su lugar, de intentar gritar cuando hay que gritar, de intentar protestar cuando hay que protestar y festejar cuando hay que festejar.
¿En ese concepto se enmarca una definición que leí sobre tu persona en dónde dice que Roberto Cantos es un artista a contramano del olvido?
Por supuesto, tanto cualquiera que se precie de ser pensante como yo tienen que tomar esa postura en contra del olvido, más en este país, más en estas situaciones en donde todo tiende a que nos hagamos los tontos y que actuemos como si nada hubiese pasado. La verdad es que todo lo que nos ha pasado nos ha ido construyendo a nosotros mismos.