España empató 2 a 2 con Marruecos y ya está en octavos España empató 2 a 2 con Marruecos y ya está en octavos
Marruecos marcó el primero por un error de la defensa
Gol de K. Boutaïb (M) España 0 - Marruecos 1. Grupo B. Mundial Rusia 2018. Fuente: Tv Pública.
KALININGRADO.- Con lo justo, sufriendo, con el último aliento, por el VAR. Así España logró clasificarse a los octavos de final de la Copa del Mundo de Rusia 2018, tras igualar con Marruecos 2-2.
La tecnología le ofreció un guiño al equipo de Fernando Hierro en el momento justo: porque con la igualdad quedó en el primer lugar del Grupo B cuando parecía que estaba al borde del abismo y en la próxima instancia se medirá con Rusia .
Incómodo. De esa manera lució España. Más allá del estilo, que siempre ofrece una alta dosis de juego, el seleccionado español no estuvo a gusto ante Marruecos. Profundo, atildado, punzante, dominador, todo eso mostró el equipo de Sergio Ramos y compañía, pero no le alcanzó para marcar la distancia necesaria.
Es que en la última línea pareció estar desconectado con el encuentro. Fue 1-1 en la primera parte, pero podría haber quedado en desventaja cualquiera de los dos. Extraño es el comportamiento colectivo de este equipo que tiene a Hierro como conductor, casi tan inestable en su andar como todo lo que vivió antes del comienzo de la Copa del Mundo con el despido de Julen Lopetegui.
Llegó el empate de la mano de Isco
Gol de Isco (E) España 0 - Marruecos 1. Grupo B. Mundial Rusia 2018. Fuente: Tv Pública.
Marruecos marcó de cabeza el 2 a 1
Gol de Y. En-Nesyri (M) España 1 - Marruecos 2. Grupo B. Mundial Rusia 2018. Fuente: Tv Pública.
El VAR le dio el empate a España
Gol de I. Aspas (E) España 2 - Marruecos 2. Grupo B. Mundial Rusia 2018. Fuente: Tv Pública.
Fue un impacto advertir que Marruecos lo puso contra las cuerdas con velocidad. Y justamente el golpe lo siente porque los que le abrieron el camino a Boutaib para quebrar a De Gea fueron dos de los estandartes de la furia de España: Ramos y Andrés Iniesta. Una desinteligencia desbarató todo y llenó de incertidumbre. El equipo africano parecía dispuesto a molestar, raspar, asfixiar y todo en un contexto de bajas expectativas, porque la clasificación a los octavos de final de Marruecos ya no estaba a su alcance.
Lejos de sentirse aturdida España tomó las riendas del juego. Afectado sí, pero de ninguna manera se entregó por el golpe de ir en desventaja. Comenzó a circular el balón y tuvo paciencia. Y en el momento justo apareció el magnífico Andrés Iniesta por la izquierda y dejó de frente al gol a Isco para igual la historia. El equipo español, de alguna manera estaba acomodando las cosas, porque su producción no se correspondía con el resultado.
Sin embargo, pareció una primera parte en donde reinó la desconexión en la defensa española. Es que de un lateral, sí de un saque de costado, Marruecos pudo poner el juego nuevamente en su favor. Boutaib otra vez se encontró mano a mano con De Gea, pero esta vez fue el arquero español el que ganó el duelo. Las miradas entre Ramos, Alaba y Piqué por semejante desacople defensivo permitieron comprender cómo se sentía el conjunto europeo.
Pero España resuelve sus problemas jugando, lejos está de ellos caer en una depresión futbolera. Toman el balón e imponen condiciones. Silva por la derecha e Iniesta por la izquierda son dos dolores de cabeza para cualquiera. Fue así que sobre el final de la primera parte Diego Costa estuvo a unos centímetros de conectar un centro a ras de piso de Iniesta.
En la segunda parte se mantuvo la dinámica del duelo. Marruecos replegado esperando las ventajas que ofrecía España en la última línea, mientras que Isco, Silva, Costa e Iniesta intentaban romper una última línea africana que duplicó esfuerzos por evitar cada avance español. De todas maneras los africanos no se resignaron a defender, cuando tuvieron una chance lo aprovecharon e inquietaron a su rival: a los 9 minutos del segundo tiempo Amrabat sacó un bombazo que dio en el travesaño y paralizó el corazón de De Gea.
La paciencia es una de las cualidades del equipo español, no resigna su juego asociado a ras de piso. Incluso, si se le niega la chance de ponerse en ventaja parece no frustrarse y vuelve a empezar. Un cabezazo de Isco fue despejado en la línea por Romain Saiss y unos segundos después un frentazo de Piqué se fue muy cerca del palo derecho de Munir Mohamedi.
Pero el fútbol no sabe bien de qué se trata eso de proponer siempre y cuidarse un poco más. Así es que se explica que Marruecos tuvo su premio cuando parecía que era imposible que pudiera nuevamente darle un golpe a España. La pelota parada expuso nuevamente a la defensa española que no pudo con Youssef En-Nesyri que conectó un tremendo cabezazo que dejó sin reacción a De Gea.
No se terminó todo ahí. Había más para este encuentro y la resolución estuvo a la altura de la tensión del partido. Porque España, más allá de sus formas, terminó respirando profundo cuando la tecnología le ofreció un guiño. Sobre la hora Aspas marcó el empate y se paralizó Kaliningrado. El árbitro Ravshan Irmatov se tomó unos segundos y esperó a que revisen la jugada, ya que el asistente 2, Jakhongir Saidov, había sancionado posición adelantada del delantero español y no estaba convalidado el gol. Cuando se confirmó la conquista, todo se transformó en alivio para España, que sin duda tiene mucho para revisar, en especial cuando se trata de mirar hacia la defensa.