Los canes involucrados en el caso Marito reciben un estricto entrenamiento

La acción de perros especialmente entrenados por policías fue determinante para que la investigación del crimen del niño Mario Agustín Salto obtuviera notables avances en la confirmación de la hipótesis que permitió esclarecer lo sucedido en la ciudad de Quimilí.

Para conocer cómo actúan y se entrena a estos nobles animales, se dialogó con un oficial de la provincia de Río Negro, Marcos Darío Herrero, quien es instructor de la Unidad Canina de Viedma y estuvo trabajando en Santiago del Estero.

¿Qué entrenamiento reciben los canes y en qué consiste?

Es un entrenamiento en el que trabaja por estimulación y refuerzos positivos, buscando motivar el sistema de la memoria olfativa del perro.

La técnica tiene el nombre de “biosensor”, la que nos permite trabajar con la emoción del perro desde que son cachorros. Los incentivamos a recibir estimulación olfativa y que comiencen a rastrear, dado que dicho olor se conservará grabado en su memoria olfativa a largo plazo, lo que nos permite trabajar mucho más tranquilos.

Esta formación se inicia entre los seis meses y un año de edad del ejemplar. En su madurez, puede empezar a trabajar como un detector de narcóticos, en búsquedas o rescates de personas y detección de rastros.

El entrenamiento buscará incorporar y reforzar cuatro pilares fundamentales como: la estimulación, la socialización, la educación y la jerarquía; formando de esta manera un binomio sólido entre el perro y el entrenador.

¿Cuál es el procedimiento que se sigue en los casos abordados?

Todo elemento que vaya a ser utilizado como estimulo olfativo para los canes, es sometido a un proceso especial. La Policía o la Justicia los suele tener bajo resguardo o “cadena de custodia”, para lo cual se recomienda almacenarlo en una bolsa de papel madera. Así se promueve la conservación del mismo y todo olor que se aferre a él, que pueda ser útil para el proceso de investigación.

Una vez que se nos entregan estos objetos, los mismos serán trabajados con uniformes, es decir, batas, barbijos y guantes, para evitar entorpecer el estudio de los mismos y de las evidencias que pudieran obtenerse de aquellos.

Los elementos a peritar son envueltos en gasas y posteriormente en papel aluminio. Acto seguido, se lo someterá a calor por medio de un secador de cabello por un lapso de seis minutos, en tres períodos de dos minutos, seguidos por uno de descanso.

Este proceso de calor, logrará reavivar las bacterias o activar las feromonas que emanan los olores. Finalmente, al elemento lo pasamos a un frasco, que será identificado de forma detallada con los datos pertinentes y se lo dejará reposar por un período de 12 horas. Esto nos dará como resultado la adquisición de un banco de olor, que es el que llevamos al lugar de los hechos y que posteriormente serán sometidos al olfato de los caninos, los que seguirán los rastros que detecten en el lugar, sobre la base del estímulo recibido.

¿Cuántos perros componen su unidad y qué razas son las más aptas para estas tareas?

Los perros que componen mi unidad son once; de raza Ovejero Alemán, como Alcón y el resto son todos sabuesos de Baviera. Los mismos suelen tener una vida útil de de siete años, luego de lo cual son ocupados como perros de caza

Previo a que estos sean relevados de sus tareas, ya tenemos otros perros entrenados previamente y listos para incorporarse a cubrir el lugar que alguno dejo bacante.

¿Cómo fueron convocados para incluirse en la investigación de este caso en Santiago del Estero?

Yo trabajé en diferentes casos en la Argentina, y sobre todo con Policía Federal, razón por la cual, funcionarios de esa repartición se comunicaron con la (jueza) Dra. Rosa Falco, a quien le habían comentado sobre mi trayectoria y el trabajo de nuestro grupo de canes. Por lo que fuimos convocados a Santiago del Estero para colaborar en la investigación en la Causa de Marito Salto, donde como se vio, logramos grandes descubrimientos.

De esta forma, mediante esta innovadora técnica de entrenamiento, los canes permitieron identificar los lugares clave en los que estuvo el niño luego de que fuera interceptado, lo que facilitó a los investigadores reconstruir la historia de lo que sucedió y dónde con “Marito”, reforzando científicamente la hipótesis con la que venían trabajando la magistrada y policías.