Ante un sacerdote, ocho alumnas reiteraron las extrañas manifestaciones Ante un sacerdote, ocho alumnas reiteraron las extrañas manifestaciones
La población de la localidad de Varas Cuchuna -ubicada a poco más de 40 kilómetros de Los Telares, cabecera del departamento Salavina- vivió una conmocionante jornada, cuando el padre Lázaro Leiva visitó la Escuela N° 1.037 Palma Sollazo de Gramajo y al menos ocho alumnas tuvieron una extraña manifestación cuando el sacerdote hizo la celebración de la Palabra y procedió a bendecirlas.
En diálogo con EL LIBERAL, el padre Leiva -quien actualmente está a cargo de la parroquia de San Pedro de Guasayán- contó que cerca de las 7 de la mañana -por pedido de los padres de las jóvenes afectadas- emprendió viaje hacia la localidad de Carreta Paso cercana a Los Telares, donde celebró una misa.
Luego, el párroco caminó hasta la casa de la primera alumna que comenzó con las extrañas manifestación, ya que conocía a sus padres, cuando él había sido sacerdote de la zona por muchos años. El padre quiso hablar con la adolescente, pero ésta se negó y fue "reprendida" por su padre.
Ante la postura de la estudiante, el párroco le pidió a su amigo que la dejara tranquila, que otro día la hablaría. Enseguida se entrevistó con otros pobladores y al ver que "algo había" se dirigió hasta la escuela donde ocurren las "manifestaciones". Una vez en la institución, el cura reunió a todos los presentes -la comunidad educativa, cientos de padres y familiares de los alumnos y curiosos que habían llegado de otras localidades para ver qué sucedía- y realizó la celebración. Todos los presentes rezaban junto con el sacerdote.
"Primero tuve una charla con los jóvenes y leí la Palabra de hoy de San Pablo donde tocaba el tema éste. Entre bromas y para romper el hielo le digo ‘con Dios no se jode con el diablo tampoco, y él entra donde se le da lugar’ y cuando pasa algo ‘raro’ es porque algo hay por eso fui con la unción de los enfermos".
Después de celebrar la Palabra, el padre Lázaro -ya en compañía del padre Pedro y de un hermano cooperador- sacó agua bendita para bendecir a todos los presentes. "Comenzaron a formar filas y cuando le tocó el turno a una de las chicas que había sido la primera en manifestarse, cayó al suelo y comenzó a sacudirse como víbora, entre seis no la podían contener", sostuvo el párroco mientras la gente se desesperaba. Al alcanzarlas con el agua bendita comenzaron a caer otras las alumnas.
Por más de 20 minutos rezaron para lograr tranquilizar a las estudiantes que se arrastraban por el suelo realizando sonidos guturales. Más tarde, cuando la situación comenzó a calmarse, el padre Leiva apartó a 11 alumnos con manifestaciones -acompañadas por sus padres- para conversar. Cuando estaban ahí "le hago la Unción de los enfermos y le digo al padre Pedro que los íbamos a bendecir a uno por uno" y otra vez dos de las alumnas se vuelven a caer.
Las manifestaciones duraron aproximadamente 20 minutos hasta que finalmente fueron controladas. El sacerdote sostuvo que las jóvenes necesitan además la ayuda profesional de psicólogos además de su ayuda espiritual. "Esto recién comienza y vamos a continuar el trabajo espiritual, pero también tienen que recibir asistencias de la ciencia, contención psicológica".
Antes de finalizar la entrevista explicó: "No puedo adelantar nada, pero el mal existe. El diablo es un león herido y atado; alguien le está acercando a las chicas para que las capte, pero no voy a dejar que eso suceda. Ellas están siendo usadas por alguien".