Boca busca alejarse de todos, River va por la resurrección Boca busca alejarse de todos, River va por la resurrección
Un superclásico siempre se justifica en sí mismo, no necesita ningún artificio para que tenga un significado, ni hay estadísticas que valgan.
Transcurre la 8ª fecha de una Superliga de 27 capítulos. Todo aún está por decidirse, queda bastante para la etapa definiciones; pero este Boca-River es especial hasta cuando el calendario indica que no debería serlo, ya que la sensación extendida es que si Boca triunfa en el Monumental, los doce puntos que le sacará a River es una diferencia oceánica.
La impresión va más allá de las matemáticas para indagar en el resto anímico que le quedará al equipo de Marcelo Gallardo para reponerse de lo que sería un segundo golpe muy duro en cinco días. Y abriría otro interrogante: ¿Qué hará Gallardo dentro de poco más de un mes, cuando deba resolver si renueva el contrato o da por concluida su gestión de tres años y medio? La decisión será puramente del director técnico: la dirigencia, con un oficialismo que se descuenta que ganará las elecciones, le da la llave del vestuario y los hinchas irían en peregrinación hasta su casa para pedirle que siga.
Ya lo dijo Gallardo el viernes: "Lo mejor que nos puede pasar ahora es tener que jugar contra Boca". Un triunfo lo pondría a seis unidades del defensor del título; es una distancia más descontable.
Guillermo Barros Schelotto dejó en claro por dónde pasa su conformidad cuando lo consultaron sobre la conveniencia de volverse con un punto: "Somos Boca, es matar o morir. Cuando te acostumbrás a ganar, un empate es como una derrota".
En tanto tiempo con la conducción de Gallardo, River viene de experimentar la derrota más cruenta. El técnico le asignó una propiedad terapéutica al superclásico: "Sería darle un alivio al alma, también para el hincha". Y polémica del VAR aparte, el Muñeco hizo autocrítica por el 2-4 ante Lanús: "Bajamos la guardia, lo hicimos por primera vez. Esto deja enseñanzas".
En Boca todo es calma, optimismo y previsibilidad, con una formación que no tendrá variantes respecto de la que goleó 4-0 a Belgrano. Aunque son pocos los protagonistas que se repiten (Maidana, Ponzio, Ignacio Fernández y Pity Martínez de un lado; Fabra, Pablo Pérez y Pavón del otro) del 4-2 de Boca en el último partido en el Monumental, lo que se mantiene son las ideas y planteos ofensivos de los dos entrenadores. El superclásico siguiente, 3-1 para River en la Bombonera, también fue un torrente de emociones.
Hoy también cabe esperar un encuentro de ida y vuelta, sin mucho espacio para la especulación. Es lo que propondrá River y Boca, en la voz de su técnico, dice que responderá con las mismas armas. Está en juego que la Superliga asista a la hegemonía de Boca o a la resurrección de River.