Semblanza de Mama Antula (María Antonia de San José) Semblanza de Mama Antula (María Antonia de San José)
En homenaje a la Beata Santiagueña, Mama Antula, dedico este retrato. Mucho se sabe de su historia a lo largo de su vida y anécdotas que decoraron su andar. Yo quisiera hablar de su corazón desde el corazón.
Muchas fueron las virtudes y actitudes que la destacaron; mujer fuerte, peregrina, misionera, madre, humilde, pobre, abnegada, paciente, bondadosa, caritativa, audaz, llena de Dios, de ardiente celo por el Reino, decidida, emprendedora, valiente, entregada, sacrificada, incansable.
Pensar hoy en Mama Antula, en un contexto histórico diferente, con otros desafíos nos hace ver a una madre capaz de salir, de enfrentar, de desafiar lo diferente, de andar con la frente en alto, de mirar hacia el futuro con esperanzas, de llorar por los pecados propios y ajenos.
Mama Antula hoy nos invita a recorrer, andar, anunciar la Buena Nueva de Jesús. Nos invita a estar cerca del que más necesita, al de la periferia, del pobre, del desalentado, del herido por los flagelos propios del mundo en que vivimos, sea cual sea sin distinción.
Mama Antula es hoy, signo manifiesto de la misericordia, figura de mujer sufriente pero feliz de entregarse por el Reino, es estandarte de los que luchan por el bien y la paz, es retrato del rostro de Dios cercano que camina al lado de todo hombre y de toda mujer, cualquiera sea su condición para mostrar la maternidad divina de un Jesús encarnado, es luz en las tinieblas de los corazones oscurecidos por el pecado y la debilidad, es horizonte para el que busca un camino, es sostén y guía de los que andan extraviados o desorientados, es compañera de ruta para sostener, alentar y mantener la mirada sólo en El, es la custodia de nuestras vidas para anclarnos en la oración y el silencio. En fin Mama Antula es la “Madre” de todos y cada uno de los argentinos, de los que buscan a Dios y los que no, porque ella no quiere la orfandad de sus hijos, sino quiere ser, la Mama Antula que en cada corazón deja una huella de Dios porque ella es de Dios.