Cataluña acaparó la atención política y social en la Fiesta Nacional de España Cataluña acaparó la atención política y social en la Fiesta Nacional de España
MADRID, España. El desafío independentista catalán se convirtió en el eje central de las celebraciones sociales, políticas e institucionales que tuvieron lugar ayer en España para conmemorar la Fiesta Nacional, también conocida como Día de la Hispanidad.
El tradicional desfile militar, que desde hace 30 años presiden los reyes de España en Madrid, tuvo en esta ocasión una asistencia masiva de ciudadanos con banderas españolas que aplaudieron cada uno de los actos que se desarrollaron bajo el lema "Orgullosos de ser españoles".
Durante el desfile se vieron numerosas banderas españolas y también catalanas y se oyeron vivas al rey, a España, a Cataluña y la Guardia Civil y Policía Nacional, y también frases en contra del presidente regional de Cataluña, Carles Puigdemont.
También con motivo de la celebración del 12 de octubre, miles de personas (65.000 según la guardia urbana) se manifestaron en Barcelona para reivindicar la unidad de España y pedir a Puigdemont, que vuelva al sentido común, que "rectifique" y aproveche "su oportunidad de oro".
El jefe del Ejecutivo regional de Cataluña centró las atenciones de esta jornada festiva, a pesar de no haber asistido a los actos protocolarios en Madrid, como si lo hicieron la mayoría de los presidentes autonómicos a excepción de los de País Vasco y Navarra, como hacen desde hace algunos años.
La duda sobre si proclamó o no la independencia de Cataluña el pasado martes en el Parlamento catalán, y el requerimiento del Gobierno español para que lo aclare con un plazo (16 de octubre) fueron los principales temas de conversación entre los asistentes a la recepción ofrecida por los reyes de España tras el desfile.
En diálogo informal con periodistas, representantes del Gobierno español consideraron que si Puigdemont niega haber proclamado la independencia, el Ejecutivo de Mariano Rajoy no tendría la necesidad de activar las segunda fase del artículo 155 de la Constitución, que otorga al Gobierno español la facultad de asumir directamente funciones desempeñadas por las autoridades autonómicas.