El Ascenso endureció su postura y el acuerdo está más lejos

Los dirigentes del Ascenso realizaron ayer una nueva demostración de fuerzas frente a la posición de sus pares de Primera y elevaron un pedido formal a la Comisión Regularizadora de la AFA para que la elección del presidente de la entidad se realice en una misma asamblea junto con la rescisión del contrato con el Estado, el nuevo vínculo con un privado por los derechos de TV, la modificación del estatuto y la Superliga.

Con Claudio Tapia a la cabeza y llevando la voz cantante, los dirigentes sostuvieron la decisión de insistir con el pedido cuyo objetivo principal es lograr que la elección presidencial se realice con el estatuto actual, en cuyo caso el yerno de Hugo Moyano es el principal candidato.

La dirigencia de Primera había resuelto el miércoles separar la cuestión económica de la política y le pidió a la Comisión Regularizdora cumplir con los plazos que había sugerido la Fifa, con la elección propuesta para el 28 de abril.

Los dirigentes de Primera solicitaron que se convocara a una asamblea con urgencia, pero sólo para tratar la rescisión del contrato del Programa Fútbol para Todos y resolver a sobre cerrado la venta de los derechos audiovisuales.

En el frente Ascenso Unido tiene claro que para lograr que el yerno de Hugo Moyano sea elegido presidente de la AFA es necesario que la votación se realice con el estatuto actual, en el que el Ascenso tiene mayor representatividad.

Traba

El posicionamiento del Ascenso es una nueva traba a la chance de sellar un acuerdo con alguno de los privados que están interesados en adquirir los derechos de TV del fútbol argentino, ya que tanto la rescisión del contrato con el Estado como la aprobación de alguna de las ofertas, debe realizarse en una asamblea que necesita de la presencia y los votos del Ascenso.

La disputa entre los representantes del Ascenso, con Tapia a la cabeza y acompañados por Daniel Angelici y Hugo Moyano, entre otros, y los dirigentes de Primera encolumnados detrás de Marcelo Tinelli, es ahora más política que económica y parece estar lejos de resolverse en un corto plazo. Y así, el fútbol no arranca.