Juzgan a vecino de Sumampa por matar a su esposa delante del hijo de sólo 6 años Juzgan a vecino de Sumampa por matar a su esposa delante del hijo de sólo 6 años
Un tribunal juzga desde hoy a un vecino del B° San Cayetano, Sumampa, acusado de haber asesinado con disparos de escopeta a su esposa, el 28 de abril de 2013, enceguecido por los celos y furioso, ya que la víctima intercambiaba sms con otro hombre.
La víctima resultó Gabriela Edith Molina y el homicida Miguel ángel Almirón, a quien tres vocales juzgarán por "homicidio doblemente calificado por la convivencia y por haber mediado violencia de género", reprimido sólo con prisión perpetua.
De acuerdo con la instrucción judicial, meses previos la pareja protagonizó diversos incidentes: todos originados por desavenencias afectivas.
Celular delator
El fatídico día, Molina habría recibido un sms a su celular. Al parecer, era un hombre que le habría preguntado cuándo "podían verse".
Molina habría respondido en voz alta: "No puedo. Está mi marido", lo cual enfureció a Almirón.
Por lógica, habría indagado quién le enviaba sms. La respuesta de Molina habría sido: "¿Qué mierda te importa a vos. Le estoy mandando a mi m..."
Acto seguido, habrían empezado a pelearse. "Me pegó una patada en la sien y caí a la cama. Después, ella estaba parada al costado de la cama y me tiró un rasguñazo. Me pegó en un hombro que tengo zafado. Me acomodé el hombro".
Urgente, Almirón buscó un arma. En el medio, apareció un hijo de seis años.
El pequeño supo declarar. "Mi mami se bañó y se acostó y mi papi se encontraba en la pieza conmigo y mi hermanito... mi papi le preguntó con quién se estaba mandando mensajes y comenzaron a pelear, yo gritaba y lloraba... le dije matame a mí; no la mates a ella... ellos salieron afuera, él entró y sacó una escopeta y le pegó un tiro a mi mami", narró el testigo.
Confesión
Minutos después, Almirón fue ante un vecino policía y confesó que acababa de matar a su mujer.
El resto de sus hijos que estaban cerca arribaron al inmueble y se encontraron con el cadáver de su madre, en una horrenda escena.
En media hora, la Justicia encerró a Almirón, quien lo único que atinaba a repetir era: "Estoy cansado de todo esto".
