"La mutilaron y con sus manos con sangre se fueron a cenar" "La mutilaron y con sus manos con sangre se fueron a cenar"
"No lo perdono a Rojas (Mario). Todos han hecho estragos con mi hija. La carnearon y después, con sus manos manchadas con sangre se fueron a cenar, a festejar su obra maestra. Seguramente, el que organizó eso pensó que fue una mente brillante".
Sin ocultar sus emociones, entre lágrimas la madre de Leda Fabiana Raimundi, la señora Lidia Esther Corral, acompañó la jornada decisiva del debate en una sala contigua, junto a casi una treintena de familiares.
En diálogo con EL LIBERAL, la mujer manifestó luego de conocida la sentencia: "Gracias a Dios, se hizo justicia. Es lo que merecían y se esperaba. La han torturado, la mutilaron y la carnearon a mi hija".
Sin perdón
A contrapelo del pedido de perdón de Rojas, la madre de la víctima dijo: "No lo perdono de ninguna manera. Me arrebató lo que más quería en la vida. Leda Fabiana era una gran madre e hija y una docente muy amada por sus alumnos".
"Hablo con mi hija"
Lidia Esther continuó: "Siempre hablo con mi hija desde mi corazón. Le pido que me acompañe. No sé cómo estoy viva aún, parada y caminando; no sé cómo soporté tanto".
Sin eufemismos, la mujer detalló: "Lo que le hicieron a mi hija no tiene perdón. Tras mancharse las manos con sangre, se fueron a festejar el triunfo de una obra maestra. No han tenido compasión con ella, porque estoy segura de que mi hija les ha pedido piedad".
La motivación
"Ella no quería volver con Rojas. Ella se negaba a esa relación", afirmó su madre. "Se cierra una etapa. Hemos sufrido cuatro años de ansiedad. Se ha hecho justicia. Han sido muy perversos", resaltó.
Mostrando una envidiable entereza, Lidia Corral sostuvo que "toda la sociedad pedía un castigo ejemplar. La gente estaba atemorizada. Es el castigo máximo, tanto de nosotros como de la misma sociedad, porque son cinco personas de terror. Ahora, por fin, estoy un poco más tranquila", sintetizó. Después, se confundió en un abrazo interminable con familiares y amigos.