Juzgan a ex boxeador y presidiario que ultrajó a tres hermanitas en Copo Juzgan a ex boxeador y presidiario que ultrajó a tres hermanitas en Copo
Un chaqueño apodado ‘El Alemán’, dueño de dos identidades, es juzgado en los tribunales locales, acusado de ultrajar sexualmente a tres hermanitas, de 10, 12 y 13 años, en el departamento Copo.
Los jueces Alfredo Pérez Gallardo, Margarita Piazza de Montoto y Luis Domínguez iniciaron ayer las audiencias en contra de J.R. Rivanera o J.R Estreintenberge, las dos identidades con las que se presentó en sociedad. Lo asiste la defensora oficial, Roxana Cejas.
Arribó a Copo, procedente del Chaco, mientras gozaba de libertad condicional por una primera violación, señalaron los voceros judiciales.
Lo primero que hizo en territorio santiagueño fue presentarse ante un peón, con un cabrito: interrogó si conocía a alguien para que lo ayude en los quehaceres domésticos.
Humildad y abuso
‘Tengo mis hijas don’, sugirió el peón, refiriéndose a tres niñas de 10, 12 y 13 años.
En los primeros días, ‘El Alemán’ condujo a la de 12 años hacia los corrales.
Aún ésta resistiéndose, el ‘patrón’ la arrojó al piso y la sometió sexualmente. Después, le ordenó que se vistiera y no dijera nada a su hermana de 10.
Días después, a la de 10 la trasladó en motocicleta a su casa. En el camino se detuvo y empezó a manosearla y a bajarle la ropa. La niña, espantada, emprendió veloz carrera hacia al monte.
Temor de niñas
Coincidentes, ni la de 12 ni la de 10 querían volver al trabajo.
A su padre sólo le quedó la única salida. Que las reemplazara la de 13 años. También la adolescente fue doblegada por el personaje, quien la encerró y terminó violándola.
Las tres hermanas acudieron al padre y le confiaron el ‘prontuario’ oculto de ‘El Alemán. Avergonzado y furioso, el hombre fue a la policía y radicó la denuncia que decantó en la caída del chaqueño.
Ayer, "El Alemán" se abstuvo de declarar. Prefirió el silencio.
Sí declararon los tres hermanos de las menores.
éstos relataron cómo arribó el personaje a su hogar y esto confirmó que las vejaciones se produjeron sin reparos, o duda alguna.