"Vamos a exigir fallos ejemplificadores para terminar con los femicidios"

¿Cuándo comienza a morir una mujer que es víctima de violencia de género? ¿Cuál es el golpe que la mata?

Ante la muerte de Johana Córdoba en manos de su confeso asesino Iñiguez, su ex pareja, quien le propinaba castigos físicos; la perseguía en la misma moto que utilizo el día que le dio la última estocada (en realidad 11 puntazos con un destornillador).

Ante ese femicidio, nos peguntamos ¿acaso Johana no moría un poco ante cada puñetazo que recibía en su cuerpo; ante cada patada en su panza embarazada; la misma niña que hoy quiere utilizar Iñiguez, para justificar un "trastorno mental transitorio incompleto", porque Johana le impedía verla?

Allí entra el cobarde y falaz argumento de la emoción violenta. Porque a Iñíguez esa niña nunca le interesó. Como escuchamos en los múltiples testimonios en el juicio, ni siquiera quiso que llevara su apellido; ni prestaba deberes alimentarios, casi nunca la visitaba.

Salvo el día que mató a Johana, Iñiguez planificó en detalle su crimen. Simuló encontrarse de casualidad con ella y una amiga en la ciudad de Beltrán.

Nada más lejos que una casualidad.

Múltiples testigos relataron que el siempre la seguía, merodeaba en su domicilio, otra vez la siguió con su moto, le dio una paliza y la dejo tirada en una calle.

Pero el 24 de enero de 2012, le dijo que iba a buscar ese día a su hija. Johana le dijo que lo esperaba en su casa de La Florida.

"Volvíamos de Beltrán. él nos alcanzó. Y vinimos los tres en moto cada uno. él pateó la moto de ella y la tiró al asfalto Johana cayó y se quebró un pie. Yo quedé como a diez metros. él la paró, sacó algo del bolsillo (destornillador) y empezó a hincarla. ‘Me está hincando, me está hincando’ gritaba la pobre". Quise acercarme y él me dijo: ‘Acercate y te mato’", declaró Natalia Farías, amiga de Johana.

La joven y sus padres siempre alentaron que Iñiguez tuviera relación con la niña. En esa interpretación que hacen muchas familias al influjo de creencias patriarcales, que aunque sea violento con la mujer, no se le puede negar a un padre el vínculo con los hijos. Aunque este padre golpeó a su hija cuando estaba aún en la panza de su mamá. Y esta niña también fue víctima de violencia como considera la Ley a los niños testigos de la misma.

Y otro elemento es que el homicida genera las condiciones para actuar sin riesgo.

Estaban en una zona montuosa, la persona que acompañaba en otra moto a Johana era otra mujer, y el sabía cómo controlar a las mujeres: a golpes. Esa insignificante mujer no constituía una amenaza para él. Mucho menos Johana. En quien había descargado su desprecio siempre sin riesgo alguno.

Este 3 de Junio se realizara en todo el País la segunda marcha #NI UNA MENOS. Santiago del Estero exigirá entre otras cosas, que la Justicia emita fallos por femicidios con la sentencia a perpetua que el Código Penal determina".