¿Cómo atravesar una crisis de pareja? ¿Cómo atravesar una crisis de pareja?
La vida en pareja no es un cuento de hadas, sino un terreno de aguas movedizas donde la estabilidad dura sólo un rato. Al principio el amor parece un tanque de guerra que va hacia adelante contra viento y marea, pero el tiempo, la convivencia y las responsabilidades en común hacen que inevitablemente surjan conflictos y que la seguridad del “hasta que la muerte nos separe” comience a tambalear.
Entonces lo que antes eran besos se transforman en discusiones, las salidas juntos dejan de ser el plan perfecto y los reclamos crecen hasta invadir las sábanas. La crisis parece un callejón sin salida, pero a veces se trata sólo de una tormenta pasajera.
Adriana Martínez, psicoanalista integrante de la Fundación Buenos Aires, dice: “En las terapias de pareja los principales motivos de crisis tienen que ver con temas relacionados a la convivencia, la infidelidad, a cómo mantener los espacios propios y a la vida sexual”.
Las mujeres suelen ser las que ponen el tema sobre la mesa y dan el primer paso a la hora de hablar sobre el futuro de la pareja. Los hombres, en cambio, suelen dilatar la charla o negar que algo los está lastimando con tal de no demostrar debilidad: la famosa frase de “los varones no lloran”, se hizo tan fuerte en el imaginario colectivo que transformó a los hombres en personas con dificultades para dialogar y expresar lo que sienten. Pero el silencio y el “ya va a pasar”, no dan buenos resultados. Los problemas no se solucionan por arte de magia y acumular rencores no hace feliz a nadie.
“La pareja es el ámbito privilegiado para tirar toda la mugre debajo de la alfombra”, dice Martínez. “Sin embargo, para una buena convivencia es imprescindible hacer visibles los conflictos. Hablar con honestidad acerca de las necesidades personales, los proyectos y las expectativas que cada uno tiene. No hay dos parejas que lo resuelvan de la misma manera, pero sí hay que encontrarle la vuelta. Si se quiere continuar, ambas partes tienen que sentirse satisfechas y para eso hay que buscar la armonía. Y se logra con trabajo y esfuerzo. Se habla, se arma, se desarma y se vuelve a armar. Se construye de a dos.”
TE AMO DE MEMORIA
“Con mi marido llevamos 17 años de casados”, cuenta Andrea. “Pasamos por distintas etapas, algunas mejores y otras peores. Tuvimos una crisis muy fuerte después de que nació nuestro segundo hijo, no lográbamos encontrarnos y la relación estaba muy desgastada. Durante mucho tiempo seguimos adelante como si estuviera todo perfecto, ninguno de los dos se atrevía a preguntarse qué pasaba que estábamos tan lejos el uno del otro. Un día tuvimos una discusión que detonó las tensiones que veníamos acumulando y tuvimos que sacar lo que sentíamos para afuera. Empezamos a decirnos todo, sin filtro, y gracias a esa sinceridad fue que logramos seguir adelante”.
¿Quién dice que es fácil? Para que una pareja funcione hay que aprender a ceder y negociar, compartir espacios y también mantener cierto grado de individualidad. Lo que al principio sale con naturalidad, luego se construye con dedicación y paciencia. Si con los años el deseo sexual no surge espontáneamente, hay que aprender a provocarlo; y si la rutina volvió la dinámica de la pareja aburrida y predecible, lo mejor es quebrarla haciendo un viaje o dándole al otro una sorpresa. No existen fórmulas, cada uno deberá imaginar y probar, teniendo en cuenta que a lo largo del camino habrá tantos aciertos como errores.
“Lo más importante es aprender a escucharse. Parece una obviedad pero es lo más difícil de lograr”, dice Martínez. “Tomar una actitud de escucha activa es fundamental. Tener en cuenta realmente lo que el otro dice para que el nivel de la discusión pase a un plano más profundo, no de pelea constante, de reproche. Intentar dejar los prejuicios de lado, sobre todo en relación a los temas sexuales, que son lo más difíciles de conversar porque juega mucho la culpa y el autorreproche”.
Libros, terapias de pareja, consejos de amigos, visitas a sexólogos: todo puede servir, pero nadie tendrá las palabras mágicas ni el salvavidas que lleve de regreso el amor hacia el punto de partida. Una pareja se hace y se deshace entre dos personas. Frente a una crisis, las posibilidades se abren y surgen nuevos desafíos. Para superar el trance habrá que ser sincero y animarse a apostar o saber decir adiós en el momento indicado. Si el amor se terminó, no vale la pena remar contra la corriente, pero si todavía sigue vibrando eso que los unió alguna vez, la crisis se puede superar.
A veces se necesita que el suelo tiemble para valorar lo que se tiene, hacer estallar las certezas, dejar de dar por sentado el amor del otro y el propio y, recién entonces, empezar a cultivar el terreno de otra forma. Será cuestión de volver a repartir las cartas y aprovechar los malos momentos para aprender a conocerse un poco más. Como dice el famoso refrán, “lo que no te mata, te hace más fuerte”.
YENDO DE LA CAMA AL LIVING
La falta de relaciones sexuales es uno de los grandes problemas dentro de una pareja. El estrés, las exigencias de la vida cotidiana y la poca iniciativa para generar deseo, hacen que, con el tiempo, el sexo se vuelva esporádico, aburrido y previsible. Según un estudio de la Universidad de Indiana, realizado a mil parejas casadas, tener una vida sexual activa y expresar el cariño a través del contacto físico es clave para sentirse feliz con el otro. Y no se trata sólo de placer físico: la intimidad dentro de la pareja crea una conexión emocional que es imposible de reemplazar con palabras.
Fuente: Rumbos Digital
