Vettel se despide de Red Bull con un monoplaza de regalo

Aquél con el que pasó la línea de meta en primera posición en Abu Dhabi, aquel día, aquel año 2010, el coche con el que ganó el primero de sus cuatro campeonatos mundiales, el RB6. Ese coche. El monoplaza campeón que inició una leyenda ahora es de Sebastian Vettel. O no. Porque el alemán, en su despedida de Red Bull recibió como regalo aquella máquina perfecta, aunque no podrá disfrutar de esa joya de la tecnología hasta que deje la Fórmula 1. “No queremos que te lo lleves a Ferrari, que lo pongas en marcha en Maranello, allí en el circuito de Fiorano”, le dijo el que fuera su jefe hasta ayer, Christian Horner, con ese humor británico tan de broma envenenada.

Más allá de ese detalle, el tetracampeón se llevó el cariño de todos en la que ha sido su casa desde siempre, con la que se ha hecho hombre y campeón. Fueron momentos bonitos para Seb en Milton Keynes, la fábrica en la que se han construido los coches con los que ha hecho historia en la F-1. Allí hablaron Horner, Vettel y por supuesto Adrian Newey, el genio de la aerodinámica que inventó, entre otras cosas, el difusor soplado que tan bien le venía al estilo de pilotaje del alemán. También le regalaron un toro de bronce a escala como un recordatorio del equipo en el que ha militado estos años.

Vettel estaba emocionado, a pesar de que su mente y parece que su corazón sea ya rojo Ferrari: “Los últimos seis años han sido increíbles. Todo lo que hemos conseguido, todo lo que hemos tenido que trabajar para conseguirlo, tanta pasión, tanta dedicación. Siempre estará en mi corazón. Muchas, muchas gracias a todos y cada uno de vosotros. Al final tuvimos el mejor coche, porque éramos el mejor equipo. Gracias de verdad, no puedo describir suficiente lo que siento. Ha sido un increíble viaje y estoy muy agradecido por todo lo que habéis hecho por mí”.

La despedida contrasta con el momento vivido en Abu Dhabi por Fernando Alonso, muy emotivo, pero en el que se puso punto y final ya allí. En la última carrera, al acabar el último gran premio del año. Y de una época.

Fuente | as.com