Opinión

Neo liberalismo y Universidad Pública

Por el Pbro. Mario Ramón Tenti

No es nuevo el intento de implementar políticas neoliberales en nuestro país. Los argentinos ya las hemos sufrido en la dictadura cívico militar (1976-1983) con sus nefastas consecuencias para la población, en especial para los sectores sociales más vulnerables. 

En este tiempo, impulsadas desde el gobierno nacional, vuelven a surgir, aunque con mayor ferocidad, las propuestas neoliberales que no sólo tienen que ver con cuestiones ligadas a la economía como la propuesta del "libre mercado" sino que en definitiva se trata de un nuevo modelo de sociedad, y hasta diría de una nueva humanidad. 

El neo liberalismo propone la desregulación de la economía, la apertura indiscriminada a los capitales extranjeros sin conocimiento de su origen y menos aún en qué y cómo se invertirá (peligrosa apertura a los capitales producto del narcotráfico), el achique del gasto público (del Estado), la devaluación de los ingresos de los trabajadores, en especial de los sectores populares, una reforma laboral que cercena derechos conquistados, la criminalización de la pobreza y la protesta social; en definitiva, una sociedad basada en la ley del más fuerte, que promueve el individualismo y la insolidaridad. El Papa Francisco advierte que el neoliberalismo es un pensamiento (sistema) pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas y que no resuelve la cuestión central de la pobreza y la falta de trabajo; la famosa pretensión del "derrame" en ningún país ha logrado incluir a los pobres y darles una vida digna. El neoliberalismo como tal, siempre genera pobreza, marginalidad y violencia. 

Una de las áreas más afectadas por este sistema neoliberal aplicado en Argentina es la educación pública, en especial, la universitaria. 

La reducción indiscriminada del presupuesto para las universidades públicas, ejemplo la cesación de pago del FONID, la suspensión de las paritarias docentes tanto en la educación pública en general como en la universitaria, la desfinanciación de programas de investigación, etc. no sólo tiene que ver con el "ajuste del gasto público", sino con la desacreditación y neutralización de un espacio institucional, garantizado por la Constitución, crítico de estas políticas neoliberales, que funcionacomo una especie de anticuerpo que evita la degradación socio cultural y a la vez, opera como sujeto de resistencia, reflexivo y sapiencial, frente al caos seudo libertario del neoliberalismo. 

La universidad pública ha sido en los últimos años, sobre todo después de la dictadura militar en nuestro país, un bastión en la defensa de los derechos de los ciudadanos y una fuente promotora de valores y prácticas ligadas al sistema democrático. Desacreditar a la universidad acusándola de corrupción (mal manejo de los fondos públicos) y desfinanciarla no tiene por objetivo principalmente ajustar el gasto público, sino neutralizar un espacio crítico, políticamente molesto e incómodo para las políticas neoliberales. 

También es bueno señalar que estamos viviendo un cambio de época, el advenimiento de la una sociedad llamada líquida, de permanentes cambios, insegura, inestable, que pone en crisis a las instituciones, a la política, a la misma educación y sus marcos institucionales. Por eso, creo, que las universidades públicas tendrán que repensarse a partir de estos nuevos paradigmas sin perder lo específico de su misión en la sociedad, educar para la democracia, es decir para una sociedad fraterna, justa y solidaria. 

La pregunta a cerca de qué tipo de universidad queremos tener hunde sus raíces en una pregunta más profunda y decisiva: que país queremos ser, en qué sociedad queremos vivir. La defensa de la educación pública y de la universidad pública tiene que ver con la defensa de los ciudadanos, de su dignidad, del sistema democrático que tanto nos costó conseguir y consolidar. El futuro de nuestra patria está ligado a la suerte de nuestras universidades públicas, no dejemos que las devalúen y destruyan. La universidad pública es la base de nuestra democracia y del desarrollo de nuestros pueblos. Luchemos y trabajemos juntos para sostenerlas y optimizarlas. 

Por el Pbro. Mario Ramón Tenti

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