Amplían encierros por estafa de $35 millones y peritan celulares
Uno es un cobrador en teoría infiel que se apoderó de dineros. El otro, un "arbolito" y/o todista insertado hasta en el rubro inmobiliario.
La jueza de Control y Garantías, María Pía Danielsen, prorrogó ayer la detención de un cajero de empresa de gaseosas y de un "arbolito", sospechados de cierta connivencia en una presunta estafa cercana a $ 35.000.000 valiéndose de cheques "fuquis".
Así lo resolvió la jueza, al extender el encierro de Víctor Ariel Luna y Pablo Alejandro Rojas, a quien la fiscal, Luciana Jacobo, les enrostra cargos por "estafa" y "administración fraudulenta" en perjuicio de Codenoa.
En audiencia, la fiscal, Victoria Sottini, instó a ampliar la detención de los dos sujetos, al sostener que restan testimonios de otros 16 empleados y pericias celulares. De todos modos, juzgó que Luna cobraba y al dinero lo reconvertía en cheques, facilitados por Rojas de la calle.
Las defensas
Enfrente, los abogados de Luna (Sergio Crespín y Jonathan Hoyos) y por Rojas, Martín Lencina y José Antonio Azar bregaron por sendas excarcelaciones, al sostener que las pruebas eran endebles y las figuras son excarcelables.
Lo que viene ahora es escuchar a los 16 compañeros de trabajo de Luna. Estos aportarán detalles finos al proceso. Al mismo tiempo, los celulares deberían clarificar el vínculo entre los dos imputados.
Las defensas señalaron ayer que no tenían ningún vínculo, pero el ensamble entre ambos propósitos económicos parecían hacer ruido en la lógica investigativa.
Los abogados de Rojas resaltaron que este sería un mero "arbolito", un todista para ganarse la vida lícitamente. En tanto, el mayor esfuerzo recaía en la defensa de Luna, el cuasi empleado infiel de Condenoa.