El arzobispo Jorge García Cuerva reclamó la presencia del Estado en los barrios y alertó sobre el narcotráfico
Además, reveló que el gobierno porteño valló la Catedral en el marco de una protesta del colectivo LGBT pese al rechazo del arzobispado. "No había necesidad", sentenció.
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, reclamó la presencia del Estado a través del desarrollo de políticas públicas y alertó sobre el avance del narcotráfico en los barrios populares. "Hay políticas públicas que son muy valederas, positivas, que plantean la idea de un Estado presente e inteligente en los barrios populares", afirmó en declaraciones radiales, y añadió: "El retroceso del Estado genera que otros ocupen ese lugar, como el narcotráfico, por eso alertamos sobre la necesidad de una mejor calidad de vida en los sectores vulnerables".
En la misma línea, sostuvo: "Si realmente se considera que hubo actos de corrupción en las medidas que se tomaron con estas políticas públicas que se investigue, denuncie, se condene y en sí mismo son políticas positivas".
"Por eso, seguimos insistiendo en resaltar algunas políticas que platean una presencia inteligente del Estado que garantiza que hay un articulador general que no permite el avance de otro Estado que es el narcotráfico que en muchos barrios está sucediendo", puntualizó.
Asimismo, García Cuerva destacó la intervención del Gobierno en cuestiones "ligadas a la vivienda, a las cloacas, a la educación, a los microemprendimientos", y argumentó que "no todo fue corrupción y un desastre".
Por su parte, reveló que mantiene diálogo con varios funcionarios del Poder Ejecutivo, incluso con el presidente Javier Milei, pese a las diferencias, y marcó algunos focos de tensión con la administración porteña de Jorge Macri, quien ordenó el vallado de la Catedral durante una marcha del colectivo LGBT.
"Cuando comencé el ministerio episcopal en Buenos Aires, la Catedral estaba vallada de manera diaria como otros monumentos, y pedí por favor que saquen las vallas porque teníamos que generar apertura y diálogo con la sociedad, aún con la diversidad", narró el arzobispo, y añadió: "De hecho se hizo la marcha del orgullo y no hubo ningún inconveniente, al contrario, muchos de los que participaron ingresaron a la catedral de rezar y agradecieron el gesto".