Los Cardenales Argentinos: 90 años de la vida de la iglesia en el país, de Fernández a Bokalic Iglic
Por Eduardo Lazzari. Historiador.
La historia de los cardenales argentinos de la Iglesia Católica llega con este artículo a su fin, luego de recorrer la biografía de los "príncipes" que han llegado a la cumbre de la jerarquía espiritual. Desde la señera figura de Santiago Luis Copello, que inició esta serie de personajes, pasando por Eduardo Francisco Pironio, y llegando a Jorge Mario Bergoglio, hoy completamos el recorrido propuesto desde el 1° de diciembre de 2024 con Vicente Bokalic Iglic como cardenal de la Santa Madre Iglesia Católica.
Vamos hoy con la semblanza personal de los cuatro últimos cardenales, todos creados por el papa Francisco, a quien deseamos una pronta recuperación.
Vicente Manuel Fernández
El más joven de los cardenales argentinos vivientes nació en la localidad de Alcira Gigena, en la diócesis de Río Cuarto, el 18 de julio de 1962. Hijo de Emilio y de Yolanda Martinelli, ingresó al Seminario de Córdoba, y fue ordenado como diácono de su diócesis natal el 21 de diciembre de 1985, y seis meses después como presbítero el 15 de agosto de 1986. Sucesivamente fue nombrado profesor, formador y director de estudios del Seminario Jesús El Buen Pastor de Río Cuarto.
Su vocación intelectual hizo que profundizara sus estudios teológicos viajando a Roma para doctorarse en teología bíblica en 1988 y luego se doctoró en teología en la Universidad Católica Argentina. De regreso en su diócesis fundó un profesorado en Ciencias Sagradas y Filosofía, un instituto de formación laical y fue párroco. Ya en 1991 comenzó a publicar libros sobre teología, sagradas escrituras y vida religiosa, que hoy alcanzan cerca de un centenar, lo que habla de su capacidad de trabajo.
El arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, a quien Fernández había conocido en Córdoba, le pidió que no aceptara su traslado a Bogotá para hacerse cargo de un instituto de estudios teológicos, comenzando su tarea junto al actual papa Francisco. Se sumo a equipos de la Conferencia Episcopal Argentina en el nuevo siglo y también participó de reuniones del Consejo Episcopal Latinoamericano. En la reunión del episcopado de América Latina en 2007 realizada en Aparecida, Brasil, fue nombrado miembro del equipo redactor del documento final. Allí comenzó a prestarse atención a las ideas pastorales del ya cardenal Bergoglio, cuya pluma fue la de Fernández.
Entre 2002 y 2009 fue vicedecano y luego decano de la Facultad de Teología de la UCA, para ser rector de la alta casa de estudios desde el 15 de diciembre de 2009, aunque su nombramiento fue aceptado en Roma dos años después, ya que se trata de una universidad pontificia. Fue el fundador del Observatorio de la Deuda Social Argentina, nombrado a Agustín Salvia como su director. El 13 de mayo de 2013, a pocos días de asumir como Sumo Pontífice, Francisco lo preconizó arzobispo titular de Tiburnia, siendo ordenado el 15 de junio en la Catedral de Buenos Aires por el arzobispo Mario Poli, acompañado por varios obispos, como José María Arancedo de Santa Fe de la Veracruz, Andrés Stanovnik de Corrientes y Eduardo Martín de Río Cuarto.
El 2 de junio de 2018 fue trasladado a la arquidiócesis de La Plata, renunciando a su oficio de rector de la UCA. Algunas veces fue criticado por sus opiniones sociales, pero esquivó con sabiduría los conflictos con las autoridades civiles e incluso con alguno de sus hermanos obispos. El 1° de julio de 2023 fue trasladado a Roma para asumir como Prefecto del Dicasterio de la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio, presidente de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional, oficios que asumió el 15 de septiembre. Quince días después fue creado cardenal diácono de Santos Urbano y Lorenzo en Prima Porta y tomó posesión de su iglesia romana el 3 de diciembre.
Su cercanía con el papa Francisco, de que fue convirtiéndose en su expresión teológica, ha significa un gran cambio en algunos aspectos del abordaje pastoral sin crear conflictos con la doctrina. Vale recordar que el cardenal Fernández hoy ocupa el cargo que en otros tiempos fuera de Joseph Ratzinger, junto al papa Juan Pablo II. Como curiosidad, su libro "Teología Espiritual Encarnada" fue usado para una telenovela argentina que hablaba de la relación romántica entre un sacerdote y una monja: "Esperanza Mía".
Ángel Sixto Rossi
El 11 de agosto de 1958 nació en Córdoba Angel Sixto Rossi, nacido en la familia formada por su padre, que le puso su mismo nombre, y por Delicia Ruiz Caraffa. Fue alumno de una escuela pública primaria y de un colegio religioso en el secundario. El 7 de septiembre de 1976 ingresó a la Compañía de Jesús en los tiempos del provincial Jorge Bergoglio. Diez años después, luego de estudiar filosofía y teología en el Máximo de San Miguel y en el Ecuador, fue ordenado presbítero el 12 de diciembre.
Se licenció en teología espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Fue rector de la iglesia del Salvador en Buenos Aires entre 1990 y 1992. Desde entonces mostró un gran interés por la situación social, creando un hogar para personas en situación de calle y luego una fundación llamada Manos Abiertas. En 1992 fue nombrado maestro de novicios, donde tuvo algunos encontronazos con las autoridades provinciales de su orden. Siempre fue un fiel seguidor del entonces padre Bergoglio. El 9 de mayo de 1994 hizo sus votos perpetuos jesuitas: castidad, obediencia, pobreza y obediencia ciega al Papa.
En 2013 fue trasladado como superior de la casa jesuita de Córdoba, desde donde promovió los ejercicios espirituales ignacianos, mientras seguía publicando libros dedicados a la pastoral espiritual, muy enfocados en la historia religiosa de la "Docta". El 6 de noviembre de 2021 el papa Francisco lo nombró quinto arzobispo de Córdoba, sucediendo a monseñor Carlos Ñañez. Asumió el 17 de diciembre, día del cumpleaños del Papa, siendo consagrado por su antecesor acompañado por tres obispos jesuitas: Hugo Salaberry de Azul, Jorge Lugones de Lomas de Zamora y Ernesto Giobando auxiliar de Buenos Aires.
El 30 de septiembre de 2023, en el primer consistorio en el que tres argentinos fueron creados cardenales, el papa Francisco lo hizo cardenal presbítero del título de Santa Bernardita Soubirous. El 12 de noviembre de 2024 fue elegido vicepresidente 1° de la Conferencia Episcopal Argentina. Es también miembro de los Dicasterios para el Culto Divino y para los Institutos de Vida Consagrada. Ya arzobispo de Córdoba siguió viviendo en la residencia jesuita de su ciudad natal.
Luis Pascual Dri
Este entrerriano nació en Federación el 17 de abril de 1927 en el seno de una familia formada por Antonio y Estela Lodi que tuvo diez hijos: tres varones sacerdotes, cuatro mujeres monjas, un padre de familia y dos que murieron siendo niños. Luis quedó huérfano a los cuatro años. Heredó el oficio de campesino y se dedicó a las tareas rurales durante varios años, hasta su ingreso a la Orden de los Frailes Menores, los franciscanos, lo que hizo a los once años, culminando allí sus estudios primarios y secundarios.
A los 18 años fue admitido como fraile, haciendo sus votos perpetuos el 23 de febrero de 1949. Realizó los estudios de teología y filosofía que le permitieron ordenarse como presbítero el 29 de marzo de 1952 en la catedral de Montevideo, en el Uruguay. Fue director de varios seminarios franciscanos, y alternó entre Santa Fe y la capital oriental como párroco. En 2000 fue trasladado al santuario porteño de Nuestra Señora de Nueva Pompeya, donde comenzó una fecunda tarea como confesor, dedicándole muchas horas diarias a perdonar a los fieles.
En 2003 fue nombrado párroco en Mar del Plata, para retirarse al cumplir 80 años en 2007. Pidió volver a Pompeya, lo que le permitió forjar una sólida amistad con el cardenal Bergoglio, a quien comenzó a confesar. En una consulta al entonces cardenal, el padre Dri le preguntó si no era demasiado permisivo al perdonar. El papa Francisco ha dicho que esa charla le mostró el rostro de la misericordia con total claridad.
En el consistorio de 2023 fue creado cardenal diácono con el título de Santo Ángel en Pescheria, recibiendo su birreta en la Catedral de Buenos Aires ya que sus 96 años no le permitieron viajar a Roma. Es el único caso actual de un cardenal que no es obispo y es el cuarto purpurado más anciano del Colegio cardenalicio, con sus casi 98 años, lo que no le impide seguir confesando en Pompeya.
Vicente Bokalic Iglic
El actual arzobispo de Santiago del Estero y primado de la Argentina nació el 11 de junio de 1952 en Lanús, Buenos Aires. Sus padres eran inmigrantes eslovenos. A los 18 años ingresó en la Congregación de la Misión, más conocida como vicentina o lazarista. El postulante Vicente hizo sus votos perpetuos el 5 de junio de 1976 y fue ordenado presbítero el 1° de abril de 1978 en el santuario porteño de la Medalla Milagrosa, luego de estudiar filosofía en el Máximo jesuita de San Miguel y teología en la Universidad Católica Argentina.
Fue sacerdote misionero en Escobar, en Deán Funes y en Goya, y responsable de la formación en el seminario de la congregación. En 2003 fue elegido como superior provincial de los vicentinos en la Argentina, cargo que ocupó por seis años. El 29 de mayo de 2010 fue ordenado obispo titular de Summa y auxiliar de Buenos Aires, para acompañar al cardenal Bergoglio, quien lo ordenó en la Medalla Milagrosa. El papa Francisco lo traslado como obispo de Santiago del Estero el 23 de diciembre de 2013, tomando posesión de la sede el 9 de marzo siguiente.
El año 2024 fue portentoso para Santiago del Estero. El 11 de febrero fue canonizada Mama Antula. El 22 de julio la diócesis fue elevada a arzobispado, lo que para monseñor Bokalic Iglic significó su promoción a arzobispo, y el mismo día la más antigua sede episcopal argentina fue reivindicada como la primada del país. Y el 7 de diciembre de ese magno año para la historia santiagueña el arzobispo Bokalic Iglic fue creado cardenal presbítero de Santa María Magdalena en Campo Marzio, una sede cardenalicia fundada ese mismo día.
Es un buen momento para agradecer desde Santiago y desde estas páginas de "El Liberal" todos estos auspiciosos acontecimientos de los que hemos sido testigos.