La caída interanual del consumo en enero osciló entre el 5% y 6%
Son datos anticipados de la consultora Scentia correspondientes a la medición mensual que realiza en supemercados.
El consumo masivo sigue en picada y ni siquiera logra superar los niveles del primer mes completo de Javier Milei, cuando la inflación estaba descontrolada y golpeaba con fuerza el bolsillo de los argentinos. A pesar de que aún no hay datos oficiales, fuentes del sector anticipan que las ventas en grandes cadenas de supermercados cayeron nuevamente en enero, confirmando una crisis cada vez más profunda.
Los datos que en los próximos días publicará la consultora Scentia confirmarían lo que los supermercadistas ya sienten en sus cajas registradoras: las ventas continúan en baja. Según un representante del sector, la caída interanual de enero osciló entre el 5% y el 6%. Para ponerlo en perspectiva, en enero de 2024 el consumo masivo ya había retrocedido un 3,8% respecto del mismo mes de 2023, y en supermercados la baja fue aún más pronunciada, alcanzando el 8,3% a nivel nacional.
Si la tendencia se mantiene y la caída se ubica por encima del 5%, significaría que en los últimos dos años las ventas en supermercados habrían perdido casi un 15% de su volumen en términos reales. Un número devastador que expone la dramática situación de los hogares argentinos, golpeados por la suba de precios, los tarifazos y la licuación del poder adquisitivo.
Ventas minoristas pymes: un espejismo en medio del desierto
En contraste, las ventas minoristas en pymes relevadas por la CAME, mostraron un rebote interanual del 25,5% en enero. Pero, este dato no logra compensar el desplome del 28,5% de enero 2024. Según la misma serie de CAME, las ventas siguen estando 10,2% por debajo del nivel de enero de 2023. Además, en la comparación con diciembre de 2024, se registró una caída del 0,5% desestacionalizada, lo que indica que la tendencia negativa persiste.
Mientras los argentinos ajustan cada vez más su presupuesto, el consumo en el exterior vive una primavera por la apreciación cambiaria. El gasto en dólares con tarjetas de crédito alcanzó en enero los US$864 millones, el nivel más alto de la historia. Sin contar las transacciones con otros medios de pago, como el sistema PIX, una opción muy utilizada en Brasil. A pesar que la inflación medida por el INDEC empezó a desacelerarse, los hogares no logran recuperar poder adquisitivo por el crecimiento imparable de los gastos en servicios esenciales. Tarifas, alquileres, prepagas y otros costos fijos siguen aumentando por encima del IPC y absorben una porción cada vez mayor de los ingresos. Incluso aquellos trabajadores cuyos salarios lograron empatarle a la inflación se encuentran con menos dinero disponible para la compra de alimentos, productos de limpieza, higiene personal y otros bienes de primera necesidad.