Opinión

La xenofobia, primer paso de una escalada discriminatoria y excluyente

Por Mario Ramón Tenti - Presbítero.

Con cierto estupor e inquietud, estamos visualizando en nuestro país ciertos discursos y prácticas xenofóbicas, que no solo nos retrotraen al pasado sino que ponen en jaque los procesos democráticos que hemos transitado desde 1983 desde el advenimiento de la democracia.    

La xenofobia, es el caballito de batalla de todos los sistemas socio culturales y gobiernos conservadores que promueven comportamientos y hasta leyes discriminativas respecto de los extranjeros y grupos sociales considerados "distintos y peligrosos" para la unidad social. Cómo una forma de reforzar su ideología y consolidar su espacio de poder recurren a esta vieja práctica. Su discurso está plagado de estereotipos y frases vinculadas a la seguridad, defensa de los valores patrios, etc. Pero en el fondo no son otra cosa que el miedo, a veces irracional, a lo distinto, a la pluralidad, y en definitiva a la democracia y el favorecimiento de una minoría o clase social acomodada cuyos intereses se ven fortalecidos. 

La xenofobia es el primer paso dentro de una escalada de actitudes y comportamientos discriminativos y excluyentes que con el tiempo suma nuevos grupos de personas y sectores sociales que serán expulsados (descartados) de la sociedad, vulnerando sus derechos y empujándolos a vivir una vida de sufrimiento e indignidad. Más aún, esta práctica retroalimenta el miedo y conduce a una mayor profundización de la ideología que la sustenta, la extensión del espectro social a discriminar y la violencia de su ejercicio. Se pasa de la lógica del corazón (lo que sentimos) a la de la razón (lo que pensamos) a la de las manos (lo que hacemos). 

Nuestra Constitución Argentina, en su Preámbulo, señala que sus beneficios, entre ellos promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad es para todos los ciudadanos, incluyendo a "todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino". Este ideal de país y sociedad plasmado en nuestra Constitución se ve socavado por estas actitudes y prácticas de gestión gubernamental que esperemos no se materialicen en leyes y programas de gobierno que faciliten la discriminación y exclusión social. Los diferentes sistemas de protección de derechos de las minorías y grupos vulnerables en nuestro país que tanto nos costó formalizar (de mujeres, niños, trabajadores, ancianos, extranjeros, etc) no pueden resquebrajarse y diluirse frente al avance del neoconservadurismo liberal. No se trata solamente de una cuestión ideológica o política, sino de algo mucho más profundo que tiene que ver con los derechos de los ciudadanos, con nuestro sistema democrático que se fue configurando históricamente, con luces y sombras, después de una etapa sangrienta en nuestro país. 

En algunos sectores de clase media, esta ideología ha ido calando en sus mentes y corazones, bajo la confusa propuesta libertaria (nunca aclarada de qué libertad se habla y para qué) y bajo el ropaje de una necesidad de cambio moral al interior de la sociedad. Esta mirada ingenua, y acrítica desde el punto de vista ético y político, anima, aunque en algunos casos inconscientemente, actitudes y comportamientos xenofóbicos. Incluso, aunque parezca extraño, se auto justifican en discursos religiosos como sucede en algunos sectores del cristianismo. Para nosotros, los cristianos, siguiendo las enseñanzas y comportamiento de Jesús con los pobres y marginados en la sociedad de su tiempo, esta ideología no solo es extraña sino que contradice lo esencial de su mensaje. El neo conservadurismo siempre necesita de la religión o de la "moral" para justificar sus prácticas. 

No solo es preocupante el avance de esta ideología sino el adormecimiento de la sociedad en su conjunto, y en especial de los grupos y sectores más vulnerables que actualmente son excluidos y de aquellos que lo serán muy pronto. 

Sin ánimo de fomentar el alarmismo social, sería bueno promover una mayor participación de la sociedad en la defensa de los derechos adquiridos, en la concientización acerca de la dignidad de todas las personas sea cuál sea su condición y situación personal y familiar, para fortalecer nuestro sistema democrático y alejar toda posibilidad de un gobierno que pueda devenir en autoritariofavoreciendo a unos pocos en perjuicio de la gran mayoría. 

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