El dolor de una madre añatuyense por la extraña muerte de su hijo de 17 años ocurrida en una plaza
La Justicia primero dijo que fue suicidio, ahora que se trata de una muerte dudosa. La víctima fue sepultada en el cementerio de Añatuya.
Vanesa Palavecino es una joven madre de Añatuya que reclama justicia por su hijo que apareció muerto en una plaza de Rosario, Santa Fe. Es la mamá de Giovani, el joven que pasó su infancia en suelo añatuyense -hizo Jardín de Infantes y Primaria- para luego buscar aires nuevos en Rosario, Santa Fe, junto a su padre camerunés Desiré Mvogo Eteme (39), quien migró a la Argentina en 2004.
El sueño de Giovani Mvogo Eteme (17) era ser jugador profesional. No había dado ningún indicio, ni a su familia ni a sus amigos, de que quisiera matarse. Por eso, sostiene sin dudar: "Lo asesinaron".
Vanesa dialogó ayer con EL LIBERAL. Manifestó que "está destruida en mil pedazos" y que "a cada momento viene a su mente la imagen de su hijo que apareció muerto en la plaza España" de la ciudad de Rosario.
Aunque la Justicia en un primer momento dijo que se trató de un suicidio, la insistencia de Vanesa y Desiré, llevaron a que la causa en la actualidad esté caratulada como "muerte dudosa".
La lucha sigue y constantemente piden que se viralice su caso para que la gente pueda aportar datos desde donde fuere, especialmente aquellos amigos que supo cosechar "Gio" en Añatuya y en Rosario.
"Estamos esperando la reconstrucción del hecho. El cuerpo de mi hijo tenía raspones, hay cosas puntuales que no se hicieron. Tenía los nudillos rojos como si se hubiera defendido, además no había con que pudiera rasparse y repito, el cuerpo tenía raspones. Lo desnudaron en el lugar, lo dieron vuelta, le sacaron fotos. Había una soga y una cadenita, pero ellos no buscaron nada. Nunca investigaron más allá. Siempre dijeron que fue un suicidio", expresó Vanesa desde su casa en Añatuya, donde se encuentra por estos días, pero sigue de cerca la investigación de la fiscalía rosarina. Luego acotó: "Mi hijo fue un chico sano y deportista, sin enemigos".
El caso
El miércoles 27 su hijo se entrenó en el club, estuvo con su novia y volvió a su hogar, en el barrio Puente Gallego, en el extremo sudoeste de Rosario. Su papá, Desiré Mvogo Eteme (39), lo saludó en su cuarto, se quedó tranquilo y se fue a dormir. Extrañamente, el chico volvió a salir. Creen que alguien lo llamó o le mandó un mensaje para que fuera a su encuentro. Su celular, un Samsung S6 negro, desapareció. A las 23.20, "Gio" le pidió a su mamá que le mandara plata a su Mercado Pago para pagarse una gaseosa en Ovidio Lagos y Uriburu, ya que se había comprado un choripán y no le alcanzaba para la bebida. "Fui a entrenar, acabo de dejar a Valentina, compré un chori y una gaseosa y ya me voy para casa", le dijo a Vanesa Soledad Palavecino (37), que es empleada de comercio y ahora vive en Añatuya (Santiago del Estero).
Recién supieron de él al día siguiente (jueves), cuando los notificaron del hallazgo del cadáver.
Para entonces, el papá había ido sin parar de una comisaría a la otra y chocó con la misma respuesta: tenía que esperar para que le tomaran la denuncia.
"Lo traje a Añatuya porque mucha gente quiso despedirlo"
Vanesa contó en diálogo exclusivo con EL LIBERAL porqué decidió traer el cuerpo de su hijo Gío a la ciudad de Añatuya y darle sepultura en el cementerio municipal "Divina Misericordia".
"Mi hijo tenía muchos amigos en Añatuya, por eso decidí traerlo. Sentía que mucha gente quería despedirlo a él, por esa razón lo traje", indicó Vanesa .
Luego acotó: "Le pido a la sociedad, a los añatuyenses y a los santiagueños que viralicen el caso". La mamá y el papá de Gío, no van a dar el brazo a torcer porque ellos saben, sienten, que su hijo no se suicidó sino que lo asesinaron. Por eso, su mamá insistió: "Queremos saber la verdad. A mi hijo lo mataron, él amaba la vida, amaba el deporte, hablábamos todos los días, era incapaz de hacer eso. Te lo puede decir cualquiera que lo conocía".
Presentación
La familia de la víctima pidió revisar la investigación. En un documento, advirtió sobre las "omisiones y errores en los procedimientos que podrían comprometer la correcta administración de Justicia".
Además, recordó Vanesa, que desde un primer momento se cuestionó desde la preservación de la escena del crimen -que denuncian fue contaminada- hasta el tratamiento del cuerpo, ya que aseguran que lo desvistieron en el lugar y que la soga hallada a su lado no fue preservada ni tuvo una cadena de custodia.
La causa está a cargo de la fiscal Mariana Prunotto, de la Unidad de Homicidios Culposos, a quien la familia le solicitó la reconstrucción del hecho y la exhumación del cadáver debido a que "no le tomaron huellas ni le sacaron muestras de ADN debajo de las uñas".